Si es verdad eso que dicen los literatos de que William Shakespeare escribió el personaje de Hamlet para sintetizar sus propias dudas, el mercado argentino cada vez más analiza las acciones del ministro Martín Guzmán desde una óptica shakesperiana.

Y es que a pesar de que el economista platense tuvo la semana que pasó una exitosa colocación de deuda, renovando todos los vencimientos y consiguiendo $87.463 millones más de los que necesitaba, los grandes bancos locales y extranjeros, compradores de la deuda que emite Guzmán, parecen desear cada vez menos los papeles que se ofrecen a tasa fija con Letras de Descuento (Ledes), y prefieren las que ajustan por la inflación (Lecer). De hecho, en la última licitación, el 70% de lo colocado fue en Lecer.

Las razones por las que el mercado prefiere los bonos atados a la inflación es que cree positivamente que la inflación en los próximos seis meses rondará el 4% mensual y que una vez firmado el acuerdo con el FMI a fines de marzo el dólar estará más calmo.

De hecho, no son pocos en la City porteña los que creen que con precios para la soja de cerca de 600  por tonelada, una crisis interna aguda de origen financiero para los próximos meses es de una muy baja probabilidad, y que de esta manera el gobierno podría llegar a 2023 sin sobresaltos en materia cambiaria.

La clave, señalan los operadores, será entonces la tasa de interés. Y así lo explica un viejo operador que atravesó todos los gobiernos desde 1983: “el año pasado el superávit comercial (casi todo proveniente del campo) no pudo ser capturado por el BCRA pese a la liquidación récord, que hizo que el saldo comercial de la Argentina fuera de US$ 14.750 millones en 2021, un 17% más que en 2020. Las exportaciones crecieron 42% de un año a otro, cerrando el 2021 en US $77.934 millones. ¿Dónde se fueron los dólares entonces?  La respuesta es simple: a los colchones. Y es que nadie pone un mango en  pesos si tienes tasas de interés reales negativas. Así no hay incentivos a liquidar la cosecha y estacionarse en pesos. Sin embargo ya hay coincidencia entre Gobierno / FMI para subir las tasas en el corto plazo. Por eso todos quieren Lecer”.

Aunque el Gobierno se siente confiado en que el Acuerdo con el Fondo será aprobado en el Congreso (será tratado en las sesiones ordinarias que arrancan el 1º de marzo), y que el board (directorio) lo dará visto bueno también en tiempo récord, no todos tienen la misma certeza.Algunos ponen en duda que el acuerdo definitivo llegue antes del vencimiento del pago a fines de marzo por unos U$S2.800 millones.

Guzmán, por su parte, espera presentarle al Fondo y al mercado una reducción de la deuda: Argentina tenía un ratio de deuda a PBI del 102% en el tercer trimestre del 2021 según el FMI, pero el mismo se reducirá a fin de año a menos del 90% por el rebote del PBI real del 10% del año pasado (datos que se confirmarán en marzo).

En el mercado en tanto, la duda se centra en que comprar: papeles atados al dólar, (dólar linked, como el TV22 que por estos días llegó a rendir niveles de 0% (cuando hace unos meses, cuando se apostaba a una devaluación y tenía rendimientos de -15%), o entrar en la licitación de Lecer, que con el mismo vencimiento que los papeles atados al dólar pagan 46% anual. 

Afirman quienes conocen el mercado que esta duda es la que hizo que los bonos en pesos ajustados a la inflación por CER frenen su suba la semana pasada, como fue el caso del bono Par o el TX26. Todas dudas con las que el propio Guzmán puede finalizar antes que termine marzo, cuando el país firme el acuerdo con el FMI y el ministro platense deje de ser, para el mercado, tan imprevisible como el príncipe de Dinamarca.