Uno de los politólogos que mas escucha Sergio Massa le dijo está semana con una encuesta en la mano que es casi imposible que el peronismo gane las elecciones el año que viene. Pero el pronóstico reservado para el Frente de Todos no solo proviene de la política. Entre el núcleo duro de los economistas que rodean al ministro le dijeron que con estas cifras, a lo máximo que podría aspirar Massa es lograr evitar una espiralización inflacionaria.

Lo cierto es que el correlato de la suba de precios es el evidente hastío generalizado de la población con el gobierno y, en especial, con la figura del presidente Alberto Fernández, que de acuerdo a una encuesta pedida por la Casa Rosada, en algunos sectores del Conurbano tiene una imagen negativa del 80% (peor que la peor encuesta de Mauricio Macri). El dato es comprensible si se mira la erosión nominal de los ingresos fijos en los últimos tres años de los sectores populares, lo que augura una derrota electoral.

Los recientes números de pobreza lo confirman: la Canasta Básica Total representó el 80,4% del Salario mínimo y el 91,7% de la Jubilación Mínima, lo que significa que uno de cada dos trabajadores ocupado es pobre y que aumentan los jubilados indigentes. Escenario asegurado de catástrofe electoral. De hecho, muchos afirman que la pobreza en el segundo semestre pasaría del actual 36,5% a mas del 39%. Y que la indigencia, del 8,8% al 9,4%, es decir que 4.500.000 de argentinos no logran comer. 

En medio de esta disputa surge otra vez la presión de Máximo Kirchner y Cristina Fernández de ir hacia un programa de shock. Afirman que en un segundo semestre con menor actividad y elevada inflación, la única forma de asegurar el Plan Llegar es sacar una especie de "IFE 5" y dar un bono de 20.000 pesos por tres meses a un millón de familias para llegar al menos a cuatro millones de argentinos. 

"Hay que meterse con los balances de las alimenticias cómo Arcor, Ledesma o Molinos" sostienen desde el kirchnerismo duro. "Las ganancias  en los últimos dos años de algunas compañías fue del 20% o más medido en dólares. Y todas cobraron ATP" dicen enojados. Un enfado que ya llegó a los oídos de Massa y a su equipo económico.