La novela del paradero de Lázaro Báez sumó un nuevo capítulo en las últimas horas: movilización y cacerolazos en Belgrano, guardias rotativas de vecinos en Ayres de Pilar y una confirmación: el empresario santacruceño ya no está en el penal de Ezeiza y desde allí surgen todas las especulaciones.

Ya sin estar frente al lente de una cámara, la defensa aprovechó para recurrir al hermetismo absoluto y así preservar la salud de Báez: “Son días muy bravos”, cuentan personas cercanas al detenido. Todo se está manejando de manera casi confidencial. En tanto, una resolución judicial del TOF 4 exhorta a reservar el domicilio donde se encuentra Báez.

Lo que se conoce hasta el momento es que Báez salió anoche de Ezeiza en un operativo con muy pocos agentes alrededor de las 21 y que fue sacado de la cárcel en un auto particular. Desde temprano hubo movilizaciones en Belgrano: residentes del barrio porteño se movilizaron con cacerolas para impedir la supuesta llegada del detenido a una propiedad de su hijo Martín Báez ubicada allí.

Sin embargo, fuentes cercanas al empresario cuentan que nunca estuvo la posibilidad cumplir arresto domiciliario en ese destino. No se llegó a hacer la inspección ocular en el departamento y se descartó la chance, según confirmaron voceros del Servicio Penitenciario.

Lo concreto es que Lázaro Báez ya está resguardado en una casa particular donde cumplirá la orden judicial de la prisión domiciliaria. El enigmático de su paradero sigue siendo algo que tiene en vilo a ese círculo habitualmente integrado por periodistas y políticos del que ahora también participan vecinos, detectives informales de esta historia que parecen obsesionados con gritar "piedra libre".