El intendente de General Madariaga, Carlos Santoro, está con bronca. Y razones no le faltan. Sucede que, según dio a conocer en las últimas horas, desde Pinamar están volcando los efluentes cloacales en su distrito.

El jefe comunal radical le apunta directamente a su socio PRO, Martín Yeza. Resulta que el año pasado hubo un encuentro entre ambos para programar una serie de medidas en función de garantizar un saneamiento básico con el objetivo de alcanzar niveles de salubridad en la calidad de los efluentes a través de un plan de gestión.

Dicho plan nunca fue iniciado por el municipio costero y al día de la fecha parte de los efluentes cloacales de Pinamar continúan volcándose en las tierras de Madariaga”, aseveraron desde el gobierno de Santoro.

Y ya cansado de esta situación, Santoro emitió un comunicado para intimar al gobierno lindante a terminar con esta metodología. No se trata de una demanda nueva. Y es por eso que la paciencia se agotó. La queja es concreta: “falta de políticas ambientales” en Pinamar.

A la falta de control sobre el volcado de los efluentes cloacales, desde la comuna de Madariaga advirtieron que el problema se agravó luego de que se realizara un canal dirigido a la alcantarilla que cruza la ruta 11 y que divide ambos municipios.

En esa línea, insistieron: “No se han registrado hasta el momento medidas ambientales claras de parte del municipio de Pinamar para solucionar dicha problemática”.

Sobre este tema, el concejal del Frente de Todos en Pinamar, Gregorio Estanga, fue contundente y le aseguró a Pinamar Noticias que “la administración Yeza tira la mierda de Pinamar a Madariaga”.

Y agregó: “La agenda de este gobierno fue de peatonales, veredas y bicisendas. Una cuestión superficial de cara a las elecciones. Pero se hicieron promesas que no se cumplieron porque este tema nunca estuvo en la agenda de Yeza”.

Sobre el riesgo ambiental que esto conlleva, el edil manifestó que “estamos contaminamos las reservas de agua potable y cuando necesitemos agua a futuro no la vamos a poder utilizar”.

El conflicto por los efluentes cloacales pone en tensión a dos distritos gobernados por la misma coalición opositora y despierta broncas cruzadas ya que desde Pinamar tampoco vieron con buenos ojos que “los socios” hagan público el tema.