Un paraíso post-apocalíptico a minutos del Obelisco”. Así se presenta The Walking Conurban en las redes sociales. La cuenta, que tiene más de 191 mil seguidores en Instagram y otros 44 mil en Twitter, se encarga a diario de mostrar algunas de las particularidades que suceden en la cotidianidad del Gran Buenos Aires. Y lo que sobra es material.

Así se suceden fotos conseguidas por los propios creadores como otras enviadas por la gente que los sigue en las redes sociales que van desde pintadas en la pared hasta cartelería de publicidad pasando, sobre todo, por edificaciones o tanques de agua que ocupan un lugar simbólico en alguna ciudad del Conurbano. Una suerte de relato colectivo a través de imágenes que expresan lo extravagante de un territorio tantas veces desprestigiado.

Con esta premisa, desde la cuenta (@thewalkingconurban) llamaron a votar “Las 8 maravillas del Conurbano”. Y, como dieron a conocer ayer, “el pueblo ha hablado”. En diálogo con Data Clave, uno de los ideólogos, quien no revela su nombre, asegura que “jamás nos hubiésemos podido imagina el nivel de convocatoria y fanatismo que le pusieron algunos concursantes. Recibimos comentarios de todos lados y hasta algunas amenazas porque no pusimos algún tanque o escultura simbólica de su localidad en consideración”.

Lo cierto es que la gente participó y los ganadores fueron “El castillo olvidado” (22 mil votos), la Feria Persa (27 mil), La libertad bailable (27), el Elefante Blanco (24), la Pava de Goliat (23), Troya (21), La puerta de Pereyraburgo (23) y el Tanque Absoluto (25).

La que más votos tuvo fue la Feria Persa y tiene un poco de lógica, probablemente debe ser la más conocida de todas y el localismo es una tracción de votos fundamental. Además se encuentran varias generaciones que han visitado el lugar en todos sus rubros”, agrega.

Y explica una de las cosas que más le llamó la atención en las reacciones de la gente. “Con los tanques pasa algo muy loco, hay personas que vive muy cerca y nunca los había visto. Se sorprende o te porfía que eso no está en donde vos decís, debe ser esa falta de costumbre de levantar la cabeza”.

Días atrás, desde The Walking Conurban había llamado a sus seguidores a elegir en una ronda de eliminación directa y otras obras locales quedaron en el camino. “Quedó afuera una de mis preferidas, el Tanque de las pelucas, una lástima, pero así funciona la democracia”, sostiene uno de los creadores de la cuenta.

Cómo definir al Conurbano

Entre las nuevas maravillas elegidas por la gente se encuentran edificios, tanques de agua, ferias comerciales y estructuras de municipios como San Miguel, Avellaneda, Quilmes y Tres de Febrero, entre otros. Lo que confirma lo variopinto del Gran Buenos Aires.

Definir al Conurbano es casi imposible. O por lo menos si podría definirlo sería como algo inabarcable. Hay casi tantos conurbanos para definir, como personas en él. Si en algo hemos tratado de hacer hincapié es en quitar la mirada estigmatizadora del Conurbano y demostrar que ese territorio que rodea la capital del país, no es un foco de inseguridad y tráfico de drogas como nos quieren hacer creer, sino que es uno de los puntos productivos más importantes del país, con cosas como estas, que lúdicamente les ponemos maravillas, pero son un revés a la estética contemporánea de los edificios y las casas cuadradas sin gracia”, sostienen desde la cuenta.

Una de las postales del Conurbano: un accidentado asistido por una persona vestida con un disfraz de Los Increíbles.

Y cierra: “Las maravillas reflejan un poco esa idiosincrasia que hay donde uno realmente es propietario de su espacio en todas sus formas. No solo podés pintar tu casa como quieras sino que podés decorarla como quieras, y si querés hacer un caballo en el tanque de agua, o una damajuana nadie te va a detener”.

El Tanque Absoluto quedó primero. Está en Monte Grande.
La feria persa quedó en el primer lugar. Está en San Miguel.
La Libertad Bailable.
El Elefante Blanco, en Avellaneda, sobre Avenida Pavón.
La pava de agua en Lope de Vega y Gral Paz, Tres de Febrero.
El Tanque de Agua Caballo de Troya.
La entrada del Parque Pereyra Iraola, en las afueras de La Plata.
El Castillo Olvidado, en Berazategui.