En la actualidad la pandemia de coronavirus ocupa todos los titulares de los medios de comunicación mundiales. Sin embargo, es importante no perder de vista otras epidemias de enfermedades transmisibles, como es el caso del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)

"Argentina siempre tiene buenos resultados con respecto a la respuesta del VIH; ha sido ejemplo a nivel mundial. No solo fue uno de los primeros países en ofrecer el acceso al diagnóstico, sino también en que las personas que tienen cobertura estatal exclusiva accedieran a los tratamientos", dijo en exclusiva a Data Clave el Director Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles, Juan Manuel Castelli.

En el 2015, ONUSIDA propuso el ambicioso plan 90-90-90, cuyo objetivo es contribuir al fin de la epidemia para el 2030, teniendo en cuenta que una enfermedad que durante muchos años fue sinónimo de muerte, logró cronificarse con los avances de las terapias disponibles.

Los objetivos para el 2020 son: "que el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico; que el 90% de las personas diagnosticadas con el VIH reciban terapia antirretrovírica continuada; y que el 90% de las personas que reciben terapia antirretrovírica tengan supresión viral".

"Se estima que en Argentina hay 136.000 personas que conviven con el VIH. El 83% conoce su condición, el resto no. Estos son datos del 2019, en base a la información registrada en el Sistema Nacional de Vigilancia y en el SVIH. Puede crecer en función de la notificación más en tiempo real", explicó Castelli.

El denominador desde donde se parte es una estimación porque no todos los que viven con VIH están diagnosticados. A Argentina le restaría un 7% para alcanzar el objetivo del 2020. Es fundamental realizarse el estudio de diagnóstico para conocer la condición, porque quien no la conoce es transmisor, sin saberlo. De acuerdo a los datos del 2019 el país está por encima del promedio mundial, que es del 81%.

"El 80% de los diagnosticados están en tratamiento activo, es decir, que están controlados, siguiendo el esquema y tomando la medicación", indicó Castelli, mientras que en el mundo el promedio es del 82%.

Respecto al tercer objetivo, es donde Argentina está más lejos de alcanzarlo. Este punto es clave porque son los pacientes que no transmiten la enfermedad. "El 67% tienen una carga de viralidad indetectable", confirmó el funcionario. En el mundo el promedio es del 88%, según datos de ONUSIDA.

"Hoy en el SVIH hay registradas alrededor de 57.500 personas. Todas las personas que están registradas ahí reciben medicación bajo la Dirección de Respuesta al VIH del ministerio de Salud de la Nación. La medicación llega a las provincias, que las distribuyen en los hospitales donde se atienden los pacientes. No son todas las personas que están bajo tratamiento. Son todas las personas que tienen cobertura estatal exclusiva. A eso hay que sumarles las que reciben cobertura de medicación por el sistema de seguridad social y por las prepagas", detalló Castelli.

La plan del nuevo gobierno es asegurar la distribución de los esquemas de antirretrovirales, fortalecer el acceso de las personas a saber su diagnóstico o conocer su estado serológico, buscar estrategias para lograr una alta adherencia al tratamiento y fortalecer el acceso a las instancias de diagnóstico y seguimiento.

"Si mejora la calidad de la oferta del tratamiento, se logra que las personas lo tomen con mayor adherencia y disminuyan las instancias del abandono", afirmó Castelli.