Mientras la Justicia avanza contra Generación Zoe por presunta estafa y asociación ilícita, se reproducen los modelos de engaño en todo el país. Data Clave dio cuenta este martes de ejemplos similares en Catamarca y ahora se destapó una olla con muchas aristas en común en Mendoza.

El caso testigo ocurrió en San Rafael, donde la especulación alrededor de esta empresa cautivó a miles con su promesa de dinero fácil. Ganancias Deportivas ofrecía entrar a su esquema con una inversión inicial de 200 euros y ofrecía un retorno del 20% mensual, en la misma moneda

Al respecto, un dato que grafica la fiebre que generó la irrupción de este fenómenos es que la ciudad tiene unos 200.000 habitantes y, según las cifras que maneja la Justicia, más de 40.000 invirtieron en esta propuesta, según consigna La Nación.

Ganancias Deportivas aseguraba que semejante ganancia se lograba gracias a apuestas deportivas en las ligas de fútbol de todo el mundo. Inscripta en Costa Rica con un capital social de alrededor de 100 euros, argumentaba tener contratados a expertos que lograron descifrar un método para ganarles a las casas de apuestas. 

La inversión era en bitcoins, al igual que los retornos, cuyo volumen crecía en la medida en que cada asociado hacía ingresar a nuevas personas al esquema. Ese último punto, la necesidad de que la cantidad de inversores se expandiese de manera exponencial, sería la base de la estafa. 

En este sentido el fiscal al frente de la causa, Javier Giaroli, sostuvo desde el principio que Ganancias Deportivas era una estafa piramidal, un esquema defraudatorio que funciona mientras la base de inversores sigue creciendo, pero se derrumba de manera estrepitosa cuando se cortan los ingresos de nuevos socios y deja a la última línea de ingresantes estafados, sin posibilidad de recuperar su dinero.

Según el fiscal, el auge y derrumbe de Ganancias Deportivas son muy similares con lo acontecido con Generación Zoe. Cabe recordar que la empresa es investigada por estafas en la Argentina y en otros países de la región. La Justicia allanó las oficinas de en Villa María, Córdoba, y Leonardo Cositorto, su CEO, está prófugo. 

La empresa sanrafaelina decía generar sus ingresos exorbitantes en el mercado de las apuestas deportivas, mientras que la firma de Cositorto ofrece “educación financiera, coaching ontológico y espiritual” y la posibilidad de que los “alumnos” inviertan en un supuesto fideicomiso de criptomonedas que ofrece retornos en dólares del 7,5% mensual.

La otra característica de los esquemas piramidales es que suelen contar con un líder carismático y agresivo como cara de la empresa. El Cositorto de Ganancias Deportivas se llama David Villegas, un excamionero, exverdulero y exvendedor ambulante que, según sus propias palabras, "era un fracasado hasta que conoció Ganancias Deportivas y se hizo millonario".

En agosto del año pasado decía que la empresa era un emergente del “fin de la era industrial y el inicio de la digitalización”, pero ahora él también es un arrepentido y denunciante de la empresa. Asegura que lo estafaron.

En tanto, el abogado de la empresa, Martín Guerrero, sostiene que no es una estafa piramidal y que ya ha cerrado unos 20 acuerdos con inversores que se consideran engañados. Dice que Ganancias Deportivas les pagó entre 850 y 1000 euros a cada uno.