Luis Camera es uno de los integrantes del grupo de expertos que asesora desde marzo al Presidente Alberto Fernández con menos pelos en la lengua. Habla claro, con un estilo directo y accesible para el público en general. Tampoco tiene problemas para hacer autocríticas y en una charla con Data Clave se animó a repasar algunas cosas que, a su criterio, "se hicieron mal". 

"La situación en el interior está muy complicada. Hasta hace un mes atrás estaba bien. Ahora la terapia intensiva en muchas provincias está cerca de completarse. En los últimos meses hubo un volcán y las defensas de esas provincias claudicaron", aseguró el médico asociado del Hospital Italiano, graduado en la Universidad de Buenos Aires.

Su principal propuesta de cara a los tiempos venideros es plantear "cierres parciales o cuarentenas de dos semanas en el interior para frenar el avance del virus", aunque descarta que la zona del AMBA deba retomar algún tipo de cuarentena estricta. 

Data Clave: ¿Qué es lo más complicado por estos días? 

Luis Camera: Lo preocupante, más allá de las capitales, son las ciudades del interior de esas provincias, donde las estructuras de salud son mucho más austeras. Un montón de pueblos pueden agotar su capacidad con mucha facilidad, lo mismo que los recursos humanos. No hay mucho margen para hacer reemplazos. 

DC: ¿Y la situación de las unidades de terapia intensiva?

LC: La cantidad de camas de terapia intensiva también está complicada, en una cifra mucho más alta que cuando todos el mundo salía a decir que no aguantábamos más. Como la zona del AMBA está mas tranquila parece que el problema es menor, pero no es así. Si vemos la situación de todo el país, hay crecimiento de tres o cuatro veces. En cuanto a circulación de todo el país, estamos en los peores días. 

DC: ¿Pero no era previsible que después de la explosión en el AMBA se traslade al interior?

LC: Evidentemente no pudimos frenar el grado de contagios del AMBA y que eso en su momento se traslade al interior. El descenso fue muy lento y se fue mudando al interior. Hubo provincias que aguantaron dos meses sin virus pero en un momento se cayeron esas barreras y los brotes en la mayoría de los casos fueron simultáneos. Yo veo lo que pasa y no lo puedo creer. Encima hay incendios en todos lados, falta que vengan las langostas a invadirnos nada más. Hay provincias enteras tapadas de humo, es algo que ayuda para nada. No puede ser tanta desgracia toda junta, es una cosa de locos".

DC: Cuando vemos que el cifras ya estamos cerca o incluso arriba de los países europeos que en marzo mirábamos con espanto ¿se puede hablar de fracaso en la gestión local de la pandemia?

LC: Yo creo que cuando termine todo esto vamos a tener que revisar algunas cosas, algunos errores que se cometieron. Algunos los copiamos de afuera y otros fueron errores propios. No se puede volver el tiempo para atrás, pero por ejemplo tendríamos que haber usado barbijo desde el primer día. No es un detalle ese, es él detalle. También avanzamos muy poco en terapéuticas efectivas. Pasaron meses y la única técnica efectiva es la distancia social.

DC: ¿Cuánto tiempo más tendremos de esta vida acotada, de la distancia social?

LC: Cuando la vacuna llegue va a haber prioridades, los grupos de riesgo, el personal de la salud. Pero va a haber millones y millones de personas que no van a poder vacunarse en la primera tanda. Y eso construye un territorio infectable para el virus durante más tiempo. Hacer un plan de vacunación lleva mucho tiempo también, no va a ser como las vacunas que tuvimos hasta ahora. Implica una estructura logística gigantesca. En todo el año que viene dudo que tengamos vida normal".

DC: ¿Cómo reaccionó ante el reciente informe del Italiano que puso en duda la efectividad del plasma de convaleciente?

LC: Lo de plasma es un golpe muy duro. Evidentemente hay que administrarlo con cuidado y podría servir en todo caso muy al principio de un tratamiento para alguien con síntomas leves, no cuadros complicados. Una vez que el virus se desarrolla no se puede frenar con el plasma. Eso se nos cayó y es algo muy doloroso, no tenemos ninguna bala de plata, la única es seguir con este tipo de vida rudimentaria".

DC: ¿Nota un relajamiento en la sociedad? ¿Es peligroso que pase eso?

LC: Hoy el coronavirus ya es la primera causa de muerte de las personas entre 40 y 55 años en nuestro país. Y una persona de esa edad a menos que sea por violencia o accidente no se tiene que morir. Esto no es la gripe y todas esas tonterías que se dijeron y que increíblemente siguen diciendo. La gente está muy cansada y eso es entendible. Pero se enojan con el Gobierno o con nosotros, los médicos. Y nosotros no somos acá los malos de la película, ese es el virus. No nos confundamos de enemigo, todos sufrimos esto a nivel personal. Podremos ser no eficientes, pero no somos el enemigo.  

DC: Hubo mucha polémica últimamente respecto a las cifras...

LC: En todo el mundo hubo problemas con la carga de fallecidos. En Europa se generó el concepto de "exceso de muertes" que cambió las cifras de muchos países. Si vos ves los datos de muertes de España que anda cerca de los 30 mil, cuando en realidad hay 15 mil muertes más que no se sabe de que son y es probable que sean de coronavirus. En Argentina hay un atraso, te diría histórico, con ese tema. Todavía no tenemos los datos de muertes del 2019. Se presume que hay un 30% o 40% de subregistro de muertes en los países pobres. Yo te diría que a priori debería haber dos mil o tres mil muertos más, sobre todo en el interior. No es para hacer mucho ruido, lo que duele es que apareció más gente fallecida. Yo creo que hemos tenido una política de hacer lo mejor posible en este sentido. No se puede decir que hay un ocultamiento, eso es una estupidez.