La pandemia del coronavirus alteró no solo el orden de la vida y la cotidianeidad de los argentinos, sino que también modificó el modus operandi de los delitos en el país. Al menos eso parece desprenderse de los datos estadísticos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

De acuerdo a datos aportados por el propio gobierno de CABA, durante el año pasado hubo un incremento los homicidios dolosos y una merma sustancial en la cantidad de robos en la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto, Data Clave consultó al especialista en seguridad, Ariel Larroude.

En este sentido, según aclaran las autoridades porteñas, durante 2020 se cometieron 124 homicidios dolosos contra los 102 del 2019, lo que en términos estadísticos habla de una suba del 22 % en la tasa de criminalidad letal, aumentando de 3,32 a 4,03 muertes violentas cada cien mil habitantes en un año, un número bajo en comparación a otros distritos pero llamativo en términos de equipamiento, logística y recursos humanos en la ciudad.

Más allá de esto, las autoridades locales advirtieron una merma significativa en la cantidad de robos en 2020 a comparación del año 2019. Sobre esto, según el mapa del delito de la Ciudad, la Capital Federal tuvo 34460 robos registrados en 2020 contra 62829 en 2019, lo que da cuenta de una baja del 45% entre un año y otro. 

Ante esta situación, Data Clave consultó al especialista en seguridad y director del Observatorio de Política Criminal de la Ciudad de Buenos Aires, Ariel Larroude. “Si bien en términos estadísticos la ciudad ostenta una cifra criminal baja, lo más preocupante es cómo se distribuye esa criminalidad en el territorio. Básicamente, es más importante saber dónde están los muertos. Casi nueve de cada diez homicidios dolosos durante el larretismo ocurrieron en el sur de la ciudad. Y cuando digo sur no hablo más que tres o cuatro barrios: Retiro, Constitución, Barracas y Lugano”.

 En este sentido, Larroude explicó: “esto da cuenta de dos cosas: una distribución inequitativa de la violencia altamente letal que se ha mantenido durante todo el gobierno de Larreta desde 2016-2020, como también que a las estadísticas hay que atravesarlas con territorio y análisis criminal”.

Asimismo, el especialista remarcó: “Tampoco hay obviar la cantidad de recursos con los que cuenta el gobierno de la ciudad. Son casi 26 mil efectivos de los cuales 20 mil patrullan las calles de la ciudad, y si a esto uno le suma la ayuda que brinda en Estado Nacional con el despliegue de Gendarmes y Prefectos, más los patrulleros y las cámaras de seguridad, nos debe resultar llamativo que la criminalidad violenta esté tan arraigada en el sur y que esto no se solucione o no sea atravesado con políticas públicas que reviertan esta situación más allá de lo mediático”. 

En la misma sintonía, graficó: “Para que se entienda, proporcionalmente hay casi el doble de policías en la ciudad que el promedio de policías en la Provincia de Buenos Aires, siendo que en uno viven 3 millones de personas y en el otro 17. Por lo que parece que en términos de mortalidad violenta hubiera dos ciudades, una de avenida Rivadavia para arriba y otra de Rivadavia para abajo. Si seguimos a este ritmo, lo que vamos a tener son guetos urbanos violentos, lo que complicaría aún más la situación”. 

Además, el titular del Observatorio de Política criminal advirtió: “me preocupa también la explicación que el gobierno de la ciudad da sobre esta situación, atribuyéndola a ajustes de cuentas narcos en las villas de la ciudad, principalmente en la 1-11-14 y 21-24/Zavaleta. Esto es llamativo porque parece que las autoridades porteñas se quieren desentender del territorio que gobiernan. Si hay una guerra narco, la ciudadanía y los que trabajamos en seguridad queremos saber qué ocurre para que esto no termine siendo otro foco problemático de violencia en el país, más cuando la ciudad desde 2018 desfederalizó la persecución del narcomenudeo, lo que permite a las fiscalías porteñas sumarse a la justicia federal para investigar qué ocurre con la venta minorista de drogas”.

Por último, Larroude manifestó: “Si bien la Ciudad viene de ser en 2019, después de la ciudad de Neuquén, la segundad ciudad con más cantidad de robos denunciados del país, la baja del 2020 es un muy buen dato. No obstante, sobre esto hay que aclarar que este número está atravesado por las restricciones a la circulación propia de la pandemia, lo que redujo notablemente la cantidad de gente en las calles de la ciudad como así también en sus medios de transporte. Esto permitió un control mayor sobre la circulación y, fundamentalmente, sobre los comercios y las paradas y medios de transporte de pasajeros como subtes, trenes y colectivos, principalmente durante las primeras horas de la mañana y las últimas de la noche. Esto sin contar los retenes y controles vehiculares desplegados tanto por la policía porteña como por el Estado Nacional. Aun así es un muy buen dato y también hay que decirlo”.