En las últimas semanas el aumento de fallecimientos por coronavirus en Brasil creció el 12%, según publicó el diario brasileño O Globo. El promedio de muertes en enero fue de 1071, el número más alto desde julio. El epicentro de esta nueva crisis sanitaria es Manaos, la capital del Amazonas, donde se propagó la nueva cepa del virus y generó un nuevo colapso en esta ciudad, en la que faltan camas de terapia intensiva, oxígeno y morgues. 

En este contexto, el presidente Jair Bolsonaro es el apuntado por miles de manifestantes salieron a las calles de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia, entre otras ciudades, para reclamar por un impeachment contra el mandatario. Como respuesta, Bolsonaro respaldó al ministro de Salud, el general Eduardo Pazuello.

Entre las cosas que Bolsonaro ponderó de Pazuello es el de enviar oxígeno a Manaos y transferir pacientes a otras localidades. Pero el oxígeno enviado no ha sido suficiente para cubrir el déficit. Al punto que Venezuela resolvió enviar suministros a Manaos. Jorge Arreaza, canciller venezolano, aseguró que mantendrá el envío de oxígeno a la Amazonas y Roraima porque es una “obligación moral y humana”. Mientras que Bolsonaro aseguró que el Gobierno Federal no es responsable "de llevar oxígeno allí", y que ya le han dado los medios a Manaos para enfrentar esta crisis. 

Respecto al traslado de pacientes, el último viernes Pazuello afirmó que “sin la evacuación a otros Estados de 1.500 pacientes, seguirán muriendo 80, 100 personas al día porque las UCI no se crean de un día para otro”. Pero en el resto de los Estados no están conformes con la decisión de trasladar pacientes, porque consideran que puede ayudar a propagar la variante bautizada como P.1. 

La cepa en cuestión ya ha sido registrada en el 91% de las muertes por coronavirus registradas en Manaos, según expertos que monitorean la situación en Brasil. Como resultado, sólo durante las tres primeras semanas de enero se enterraron 1333 personas, generando un nuevo colapso en el sistema funerario de esa ciudad, según informó la CNN. 

Para evitar la propagación del virus, son varios los países que cerraron sus fronteras con Brasil. Es el caso de Alemania, el Reino Unido e Italia. Mientras que Argentina redujo a un 50% la frecuencia de vuelos con el país vecino.