Este lunes se confirmó una situación internacional que no ocurría desde hace más de 100 años. Sucede que Rusia dejó de pagar su deuda externa en moneda extranjera por primera vez desde 1918 y entró oficialmente en default. Esto se debe a las sanciones occidentales cada vez más duras en el marco de la invasión a Ucrania, que cerraron las vías de pago a los acreedores extranjeros.

El domingo terminó el período de gracia de unos USD 100 millones de dólares en pagos de intereses que vencían el 27 de mayo, un plazo que se considera un evento de impago si no se cumple. La ventana de 30 días se activó cuando los inversores no recibieron los pagos de los cupones de los bonos denominados en dólares y euros.

Por su parte, el Kremlin se opuso a la designación de default y aseguró que tiene los fondos para cubrir cualquier vencimiento, pero se vio obligada a no pagar. La semana pasada anunció que pasaría a pagar sus USD 40.000 millones de deuda soberana en rublos, criticando una situación de “fuerza mayor” que, según dijo, fue fabricada artificialmente por Occidente.

El último evento de default de Rusia fue tras la caída del Muro de Berlín. En tanto, durante la crisis financiera rusa y el colapso del rublo en 1998, el gobierno de Boris Yeltsin dejó de pagar USD 40.000 millones de su deuda local, pero la deuda externa no cayó en default.

Ahora, se calcula que tenedores extranjeros tenían en sus manos el equivalente a casi USD 20.000 millones de bonos de Rusia a principios de abril. “Cualquiera puede declarar lo que quiera. Pero cualquiera que entienda lo que está pasando sabe que esto no es en absoluto un impago”, disparó el ministro de Finanzas, Anton Siluanov. Además, reiteró que el país tiene los medios y la voluntad de pagar.