El líder opositor ruso, Alexei Navalny, comenzó a sentirse mal durante un vuelo de Siberia a Moscú y el avión tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en la ciudad de Omsk. La primera en hacer pública la información fue su vocera, Kira Yarmysh, a través de la red social Twitter. “Está en coma en estado grave”, agregó.

“Alexei tiene un envenenamiento tóxico”, dijo Yarmysh en una radio rusa. La hospitalización del activista fue también confirmada por la agencia rusa TASS, que citó al personal médico que lo atiende. Navalny se encuentra en una unidad de cuidados intensivos, en coma y con respiración asistida, según indicaron autoridades del hospital.

Yarmish denunció que los médicos estarían retrasando los resultados de los análisis que se han realizado para determinar las causas de la situación del dirigente y precisó que hasta el hospital llegó la policía, a petición suya, así como un comité de Investigación.

Navalny, de 44 años, es el dirigente más crítico contra el gobierno de Vladimir Putin. En 2019 fue detenido y condenado a 30 días de cárcel por haber convocado a protestas no autorizadas contra la exclusión de varios candidatos de oposición de las elecciones locales. Durante las movilizaciones detuvieron a otras 1400 personas. 

Ya había sido arrestado y encarcelado durante 15 días después de la primera protesta que promovió, en 2011. Convocó unos 120 mil manifestantes contra la corrupción para finales de ese año. 

En julio de 2013 fue sentenciado por malversación de fondos. La condena de cinco años fue ampliamente vista como una decisión política. Contra todo pronóstico, se le permitió salir de la cárcel para participar en las elecciones a la alcaldía de Moscú, en las que fue segundo con el 27% de los votos, detrás del aliado de Putin, Sergéi Sobyanin.

Su condena fue revocada después por el Tribunal Supremo de Rusia, luego de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos determinara que no había tenido una audiencia imparcial en el primer juicio. En un nuevo juicio en 2017 fue condenado por segunda vez y recibió una sentencia ratificada de cinco años. Navalny aseguraba entonces que la investigación era falsa y aseguró que sólo se trataba de excluirlo de las elecciones presidenciales de 2018, en las que finalmente no pudo participar.