Faltan dos semanas para las Paso Nacionales, y la elección de Corrientes del último domingo, genera una serie de interpretaciones políticas, que poco tienen que ver con la realidad.
Cada vez que se produce una elección provincial como antesala de una nacional, se insta a nacionalizar esa elección. 

En Corrientes el radicalismo y un grupo de partidos asociados les dieron una paliza histórica al peronismo que se presentó bajo la denominación del Frente de Todos.

La diferencia es abismal, el oficialismo provincial llegó al 76% de los sufragios, el Frente de Todos alcanzó el 23%. Desde 1983 nunca en la provincia hubo una diferencia tan sideral como lo que sucedió el domingo pasado. 

Ahora bien, es difícil nacionalizar esa elección, se votó la realidad de Corrientes donde hubo ganadores indiscutidos y perdedores que van a tener que hacer ingentes esfuerzos para seguir teniendo influencia central en la política provincial. 

Entre los ganadores indiscutidos está la figura del gobernador Gustavo Valdés, que se convierte en la figura estelar de la política provincial y se proyecta a escala nacional dentro de la coalición Juntos por el Cambio.

Los dos grandes perdedores son el exgobernador radical, Ricardo Colombi y Fabián Ríos  candidato a gobernador por el Frente de Todos, que fueron en los últimos 20 años figuras preponderante en la política local.

Tal fue el dominio electoral del actual gobernador, que en la ciudad de Mercedes, (donde es oriundo Ricardo Colombi) triunfó ampliamente en la interna partidaria. 

Por su parte el peronismo empieza un proceso de renovación y de nuevas figuras para encarar un futuro que, indudablemente, va a ser difícil por la empatía que hoy el gobernador reelecto mantiene con la sociedad.

A su vez se generan grandes incertidumbres para el Frente de Todos a nivel nacional, ya que se pone en juego dos de las tres bancas que representan a Corrientes en el Senado de la Nación, un alerta para el gobierno nacional.