La intervención en el gabinete le llegó a la Provincia de Buenos Aires, el gobernador que prefirió hablar poco tuvo su momento de rendición. Los intendentes ganaron terreno en la Provincia al igual que los gobernadores peronistas a nivel nacional. La pulseada que aparentemente la Vicepresidenta le ganó al Presidente oculta el pragmatismo de Cristina Kirchner. Pragmatismo derivado de una debilidad que surgió de las urnas y con la cual la ex Presidenta no sabe cómo lidiar.

Hoy no sólo se ve jaqueada ante la chance de perder el gobierno en 2023, sino también en su rol de líder del justicialismo.

Los Fernández son la misma cosa en el fondo, cambia la forma y la tibieza de A. Fernández en comparación con el temperamento de CFK. El Presidente seducido como el personaje de Mark Twain, Tom Canty, pasó de mendigo a príncipe y cuando tuvo que coronarse casi fue arrebatado. No obstante, a la política se le impone la economía y la visión de ambos convergen en que el ministro Martín Guzmán debe continuar en el cargo.

La convivencia entre el Ministro que entiende las limitaciones de la economía y la Vicepresidente será difícil. Básicamente, a Cristina le gusta el déficit, pero no le gusta la deuda ni la inestabilidad cambiaria que puede generar la emisión. Guzmán intenta explicarle que el déficit fiscal (variable real) tiene como implicancia financiera el aumento de deuda o emisión.

Por su parte, el Presidente no logra ejercer su rol de conciliador. Empieza así a teñirse una grieta dentro del oficialismo ya no entre el Presidente y su Vice, sino entre el Ministro de Economía y la Vicepresidente. ¿Hasta cuándo se puede esperar que esta convivencia llegue a buen puerto?

Creemos que, al menos, hasta que se logre un acuerdo con el FMI. Al mismo tiempo el FMI está sufriendo una crisis institucional propia por la supuesta manipulación de datos de su Directora cuando estaba empleada en el Banco Mundial. Dentro de esa discusión fue Joseph Stiglitz quien salió a la defensa de la búlgara. Sin embargo, la presión de otro premio nobel como P. Romer está haciendo tambalear al tándem Georgieva-Stiglitz como referentes y a la primera como la adecuada para ejercer su posición actual. Esto podría pesar en el plano doméstico donde el Ministro se siente fuerte gracias al apoyo del organismo.

El brasilero Ilan Goldfajn designado al frente del organismo para el hemisferio occidental será quien tome protagonismo en las negociaciones y el ex funcionario de Temer tiene una visión un poco más ortodoxa de la economía que Kristalina Georgieva. La pérdida del padrinazgo a Guzmán por parte del FMI podría ser lo que termine expulsando al Ministro del gabinete.

Mientras, la economía doméstica sigue sin encontrar un rumbo claro. Las incógnitas acerca de cómo encarar el problema de la hoja de balance del BCRA están cada vez más expuestas. Más aún cuando el mercado nuevamente empieza a contarle las reservas a la autoridad monetaria.

La pérdida continua de divisas obliga a frenar importaciones y eso trae a la mesa la discusión acerca de qué tan sostenible es la cuenta corriente argentina en caso de una recuperación económica. Discusión que es relevante debido a que el diagnóstico sobre esta llevará a interpretar si el tipo de cambio real está en un nivel adecuado o debe corregirse.

Las cuentas del Tesoro con voluntad política al menos se podrían corregir a favor de lograr un sendero no explosivo de la deuda pública, pero el saneamiento de la hoja de balance del BCRA es técnicamente más difícil, y si no se corrige gracias a una mejora en los activos en cantidad y calidad, se corregirá tarde o temprano con un tipo de cambio más elevado.

Por el momento, esta semana sólo se vio un deterioro en la calidad de los activos al demostrar la intención de colocar una nueva Letra Intransferible a cambio de reservas para el pago de deuda del Tesoro con el FMI Dos crisis institucionales, la local y la del FMI, empiezan a determinar hacia dónde camina la Argentina. Claro que para eso primero hay que estar de pie. Por el momento eso llevará tiempo.