La educación es sin duda un pilar fundamental para lograr una sociedad libre y responsable de sus actos. Al decir “Hay que educar al soberano”, Sarmiento pone énfasis en los beneficios de este derecho.

En este sentido, la educación financiera ocupa un lugar preponderante entre  los conocimientos que son importantes para el desarrollo de la vida de una persona. Este concepto se escucha a diario, aunque su desconocimiento por parte de la sociedad es alarmante. Muchos no saben bien que significa y otros le temen.

La educación financiera es el conocimiento que tiene una persona sobre cómo funciona el dinero. Su objetivo principal es también generar un cambio de conducta financiera en la sociedad, siendo el primer paso para conseguir una economía saludable y un bienestar económico personal y familiar, es decir, la independencia financiera.

La realidad económica de la Argentina es compleja e inestable, marcada por  altos niveles de inflación. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo, el IPC avanzo 7% en agosto 2022 respecto a julio 2022, los precios aumentaron un 56,4% y el salto interanual fue del 78,5%, el más alto desde 1991. Las consultoras privadas prevén que la inflación roce la barrera del 100% al finalizar el año. A su vez, la moneda oficial se devaluó consistentemente desde el fin de la “convertibilidad”. Este contexto requiere que toda la población adquiera competencias para poder tomar decisiones y gestionar  las finanzas personales.

Es justamente en este punto donde sigue arraigada la brecha de género. Lamentablemente, la Argentina tiene la mayor brecha de género en educación financiera de América Latina. Este dato surge de una encuesta realizada a 4.500 consumidores y vendedores de la región de Latinoamérica por la empresa Trendsity en colaboración con Mercado Pago.

En ella solo el 24% de las mujeres argentinas pudo contestar correctamente 3 de 4 consignas sobre conocimientos financieros básicos contra el 44% de los hombres del país, una diferencia de 20 puntos porcentuales cuando, en el conjunto de Latinoamérica, esa diferencia es de solo 9 puntos.

Ahora bien, cuáles son las causas de estos resultados. Muchas mujeres tienen un sesgo de falta de confianza en temas de dinero. Según revela una investigación Annamaria Lusardi, del Global Financial Literacy Excellence Center (GFLEC) de la Escuela de Negocios de la George Washington University, aproximadamente dos tercios de la brecha de género en educación financiera se explica por un menor conocimiento financiero y un tercio se debe a una menor confianza. Por otro lado, según datos del Banco Mundial, el ingreso de las mujeres al mercado laboral se triplicó en los últimos 40 años y en muchas familias son las primeras mujeres que manejan el dinero. Estos conocimientos no se brindaban antiguamente en las escuelas, sino que se transmitían de generación en generación, más comúnmente entre hombres. 

Es por ello que, por un lado, se debe implementar y enfatizar la educación financiera en las escuelas que ya es obligatoria por ley. La educación financiera traerá como resultado más inclusión financiera y menos pobreza. Tal como indica un estudio realizado en el año 2013 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, un aumento de 10% en el acceso a los servicios financieros generó una reducción de 0,6 puntos en el coeficiente de desigualdad de Gini, mientras que otro arrojó que un aumento de 10% en el crédito privado reduce la pobreza en cerca de 3%.

Es fundamental que las mujeres tengan conocimientos financieros y ganen confianza en sus decisiones. Tal cual indica el especialista en finanzas Diego Gallo, sin saberlo las mujeres siempre han hablado de números al buscar precios y ofertas de excelentes productos. Diciendo “camine, señora, camine” Lita de Lazzari incentivo al ahorro en los 90. Por ello, es necesario que se hagan cargo más que nunca de sus vidas en términos financieros. La educación financiera es independencia, es un mejor futuro para los niños criados en familias monoparentales y es la posibilidad de escaparle a la violencia machista.

La clave para que esto suceda es que se brinde educación financiera en las instituciones educativos de todos los niveles y que la misma este de manera accesible para todos incluyendo además otros establecimientos que reúnan personas y sobre todo mujeres. De esta manera se podrá terminar con las diferencias y así lograr una sociedad con oportunidades y un mejor pasar económico con libertad y al alcance de todos.