Las palabras de Kirtalina Georgieva en la cumbre virtual de Davos fueron claras: "Actúen ya. Si pueden extender la duración de su deuda, por favor háganlo. Si tienen descalces de monedas, ahora es el momento de trabajar en ese tema". Las palabras de la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) hablan del temor que recorre a los mercados a que una suba de tasa de interés en los Estados Unidos dispare un esa suba un "fly to quality" que retirará fondos de los emergentes para llevarlos a los países centrales.

Pero acaso Martin Guzmán conoce bien a lo que se enfrenta hace meses, a pesar del aceleracionismo que ahora la suba de las tasa de interés parecen estar imponiendo en la negociación con el FMI. Guzmán sabe que la traba en los avances en la negociación con el FMI también está jugando un rol clave en el retorno de los bonos, ya sea los que están bajo legislación local como extranjera mostraron, que muestran perdidas homogéneas en lo que va del año. Y es que los bonos soberanos retrocedieron un 12% en lo que va del año.

En particular fue la presión sobre los bonos globales (los que mira el Fondo como termómetro de lo que piensan los mercados sobre la Argentina) lo que impulsó al riesgo país a superar el nivel más alto alcanzado en 2021. Desde fines del año pasado, el EMBI Argentina escaló 229pbs a 1917, superando el máximo de 2021 (1914 puntos) y llegando así al nivel más alto desde que se materializó la restructuración de la deuda soberana. Turbulencia que preocupa a los operadores locales, pero no tanto a Guzmán.

Eso de debe a que en Economía saben hace meses que en los EEUU, con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, la política de tasas cercanas a cero que mantuvo el banco central norteamericano, y que determinó el aumentó el precio de los productos que exporta Argentina y fue la base este año para el superávit comercial más grande desde 2009, puede continuar en 2022.

Las razones, dicen en Economía, se debe a que los efectos de la pandemia aún no han terminado y que el mundo sigue transitando un sendero de falta de oferta que hace que los commodities sigan con un precio alto durante el 2022. Una tesis que va de la mano con el avance de la cepa Ómicron y que por estás horas, parece traerle más certezas al Palacio de Hacienda que las decisiones de la FED.