Creemos que si bien la medida de Precios Justos no es suficiente para bajar la inflación en el mediano plazo, vamos a ver una desaceleración en los aumentos de los precios en los próximos. Esto puede darle, durante los próximos 90 días, una ventaja a la deuda a tasa fija por encima a la que ajusta por CER, máxime cuando es de esperar que el BCRA deje de subir la tasa Badlar para volver a bajarla

Sin ir más lejos, cuando comparamos a las Ledes vs las Lecer, considerando la inflación estimada por el REM, las Lecer necesitan una inflación superior a 6% para igualar a la Lede del mismo período. Acá es donde vemos la dificultad de que en el corto plazo la Lecer rinda por cuando la inflación puede ubicarse levemente por debajo a 6%. A esto hay que sumar que todas las Ledes cortas rinden más que el plazo fijo.

A mediano plazo la inflación no va a bajar si la política fiscal no cambia. Es que el BCRA está quebrado, producto de que constantemente financia a un Tesoro Nacional que no tiene capacidad de pago. Por ende la autoridad monetaria tiene que apelar constantemente a la emisión de moneda.

Si el Gobierno no consigue renovar los vencimientos, no sólo deberá imprimir  para pagarlos, sino que es probable que se genere una corrida al mercado de bonos en pesos, y también deberá emitir para controlar los rendimientos, al igual que en junio.

Si analizamos por precios relativos, el Dólar Oficial debería cotizar 30% por encima de los precios actuales. Ese es el salto discreto máximo que esperamos para el dólar oficial. Ahora con los ingresos esperados por el Dólar Soja, el swap con China y el BID, es una posibilidad que se diluye. De todos modos hay que mantener la posición en Dollar Linked corto, ya que esperamos que crezca por encima de la inflación.

En 2023 la economía local va a crecer entre 1% y 2%. Massa está dispuesto a enfriarla vía menos importaciones, a cambio de dilatar una devaluación fuerte y bajar la inflación.

El escenario de tasas alcistas en los Estados Unidos junto a las dificultades que tendrá la Argentina para pagar la deuda en dólares, hace que sea inviable la tenencia a largo plazo de bonos soberanos en moneda dura (en realidad para los mercados emergentes). Es clave que se vaya rápido hacia el equilibrio fiscal primario, de lo contrario habrá dificultades para salir al mercado de capitales y hacer frente a los vencimientos que operan a partir de 2025.

Pero para el corto plazo, los bonos en dólares están muy baratos, con rendimientos superiores a 47%. En este aspecto, la tenencia (especulativa) de AL29 y AL30 puede dejar buenas ganancias de al menos 19% en moneda dura si hay recortes en la TIR a 40% anual… Un ajuste cambiario que le permita al BCRA acumular reservas podría colaborar a la baja de las tasas implícitas.

Además del trading ocasional por los bajísimos precios de los bonos en dólares (volver a tener una TIR de 35% anual ya significa una suba de al menos 36%), los bonos se pueden llegar a beneficiar de un rally electoral, para el caso (más adelante) de que las encuestas señalen de que la oposición le va a ganar con claridad al oficialismo.

La deuda en pesos es sustentable pero la incertidumbre existe, por eso la inversión en CER es positiva si nos centramos en la parte corta de la curva, con la Lecer de abril y el Boncer TX23 que vence en marzo como largo. Con estos activos podemos armar una cartera con menos de 4 meses de duration con un rendimiento de CER +1,84% (TNA 99%), mientras que un plazo fijo paga CER -24% (TNA 75%).

Los bonos CER son atractivos, considerando que casi todos los activos con vencimiento 2023 cotizan con tasas reales positivas. Ahora con los Precios Justos, es de esperar que la inflación comience a ubicarse por debajo de 6,2%, incluso debajo de 6%; si ésto ocurriera, las Ledes cortas van a rendir mejor que las Lecer.

Con el nuevo dólar para las economías regionales y el regreso del dólar soja, el Gobierno intenta conseguir billetes de donde pueda para no devaluar. Pero teniendo en cuenta que las ventas del BCRA en el MULC continuarán hasta que regrese la cosecha gruesa en el segundo trimestre del año que viene, no nos sorprendería un salto cambiario que lleve al dólar mayorista en torno a $200/$240 hacia enero. Si bien nos gustan los bonos CER, al ver que el Dólar Mayorista sube a un ritmo mayor a 6% mensual, el TV23 es una alternativa a considerar, a la vez que nos estamos cubriendo si hubiera un salto devaluatorio.

En caso de que no haya un salto cambiario y la inflación baje levemente desde los niveles actuales, las letras a tasa fija están bien posicionadas ya que poseen rendimientos superiores a los del plazo fijo.

El rally alcista que tuvieron las acciones locales podrían estar cerca de su fin, ya que volvieron a ponerse en línea con la inflación. Sería bueno tomar ganancias y mirar el mercado desde afuera, máxime que si los movimientos futuros van a estar en línea con la inflación, sería conveniente estar posicionados en instrumentos de renta fija.