Actualmente, en el mundo somos 7.600 millones de personas y según la ONU en 2030 seremos más de 8.600 millones. Esto es un verdadero desafío tanto para la economía, que deberá tener en cuenta temas como pobreza, trabajo o educación, como para la salud, con temas como contaminación, accesibilidad o equidad.

El primer reto es que la mayoría de las personas nacerán en países pobres. Lo cual implica menos oportunidades, menos recursos para más personas y falta de acceso a sistemas de salud. India pasará a ser el país más poblado del mundo, siendo que actualmente mantiene el puesto 133 en el ranking de esperanza de vida de los 192 países que publica datosmacro.com, y tiene una mortalidad infantil de 33 por 1000 nacidos vivos, lejos de los 152 por de Somalia, pero suficientemente alta para ubicarla dentro de los 40 países con mayor mortalidad infantil.

Siguiendo esta línea y según las Naciones Unidas "Durante el período de 2000 a 2020, aunque la población mundial creció a una tasa anual media de 1,2%, 48 países o áreas crecieron al menos el doble de rápido. De estos 48 países, 33 eran países o áreas africanas y 12 asiáticas".

El segundo desafío pasa por el envejecimiento poblacional. Esto implica el crecimiento de la población mayor de 60 y la disminución de la natalidad, cambiando la estructura poblacional. Consecuentemente la población activa decrece mientras aumenta población pasiva. En otras palabras, se generarán menos recursos para más personas con más necesidades. La longevidad trae mayores niveles de dependencia, discapacidad, problemas de salud mental y enfermedades degenerativas. Hasta ahora, este es un problema que principalmente afecta los países ricos. Para 2030 la mayoría de las naciones del mundo estarán en pleno proceso o habrán completado su transición demográfica hacia el envejecimiento poblacional.

El tercer desafío pasa por el empleo y los sistemas de la seguridad social. Gran parte del mundo estructuró sus sistemas de cobertura sobre el empleo formal. Este se transformó durante las últimas décadas con la globalización, los trabajos autónomos y los sistemas a distancias. Sumado a la informalidad, en la actualidad, gran parte de la población carece de cobertura de salud, desempleo y/o jubilación. La falta de espacio fiscal no permite visualizar cómo desarrollar nuevos recursos para expandir las coberturas sociales en general, ni salud en particular. Se suma a esta problemática los elevados niveles de urbanización y la aceleración de la migración.

Consecuentemente, será afectado el empleo, la distribución de la renta y la pobreza, necesitando esfuerzos extraordinarios para garantizar la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía. En resumen, el desafío será doble; generar mecanismos de empleo y distribución de riquezas en forma equitativa; y gestar nuevas formas de financiamiento para extender la seguridad social en forma universal.

El último desafío por destacar (aunque quedan muchos más) es el cuidado del ambiente, siendo, tal vez, el tema más preocupante para la salud pública. El cambio climático, que hará inhabitable parte del planeta, también será propicio para originar nuevas pandemias, generar catástrofes económicas a causa de inundaciones, sequías y otros desastres meteorológicos y causar miles de muertes adicionales por su impacto directo e indirecto sobre la salud humana.

En conclusión, debemos reflexionar sobre las principales problemáticas que afectan a la humanidad y sobre las acciones necesarias para contribuir a generar un cambio en pos de un mundo mejor. Los desafíos para el 2030 ya comenzaron, ahora resta trabajar para enfrentarlos.