El Poder Ejecutivo elevó al Congreso el Proyecto de Ley de Presupuesto 2023. Una vez más, estamos ante un proyecto “fantasioso” y esto distorsiona un año más la previsibilidad macroeconómica del país. 

Sergio Massa comete el error de subestimar la inflación como primer punto, en un escenario en el cual la dinámica inflacionaria se está acelerando. Hablar de un dato de inflación para el 2023 de 60% cuando este año vamos acercarnos al 100% y las expectativas son de una inflación similar para los próximos doce meses, muestra la gran cantidad de falencias técnicas y de inconsistencias que tiene la confección del presupuesto y cómo subestiman los recursos, para tener mayor discrecionalidad en el gasto, una práctica perversa del kirchnerismo, a la hora de manejar los fondos.  

Además, es importante aclarar que este año en el Proyecto se incluyen menos datos, cifras y números, algo que ya es habitual en un gobierno que no es amigo de la transparencia de la información. Y como aquí nada es casual, mientras menos se sepa más marea y menos se puede criticar, porque el “primero los datos” estaría afectando fuertemente  su “credibilidad” 

El proyecto plantea una expectativa de devaluación de 60% y un crecimiento de 2%. Punto no menor, ya que, si comparamos el EMAE mes a mes, desestacionalizado, vemos que la actividad económica muestra otra realidad, ya para el tercer trimestre vemos un descenso de la economía motorizado por menores importaciones y exportaciones, que hace décadas están estancadas, mayor incertidumbre que afecta a la inversión y un consumo privado fuertemente afectado por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo. 

Son tal las inconsistencias del modelo de presupuesto, que la demanda de dinero con esa inflación no es estable, pero parece que no lo ven o no desean verlo. Párrafo aparte, merece un análisis de la tasa de interés hoy, que lejos de ser un ancla para frenar la inercia de precios y consolidar un proceso de estabilidad financiera, acelera la cuestión inflacionaria y encarece el crédito para las PyMes. Otra inconsistencia más de los parches económicos de este gobierno. 

En definitiva, de aprobarse el presupuesto 2023, la economía Argentina será peor que la del 2022, ya que lejos de un programa económico de estabilización, son más parches inconsistentes, sin cambios estructurales, ni un sendero de ajuste del gasto público. Lo que sí se evidencia, una vez más, un brutal ajuste sobre el sector privado. Porque como siempre la casta no se toca.