El corte de boleta fue, sin dudas, uno de los grandes ganadores de la jornada electiva del pasado domingo. Basta con ver en detalle algunos números para comprender que el electorado rompió con esa idea de que en la Argentina no hay cultura a la hora de usar la tijera. Sin embargo, hay dirigentes bonaerenses de Unión por la Patria que están furiosos. Y tienen sus motivos.

Algunos entregaron solo la boleta municipal, sino no se explica. Ese corte no existió nunca. Se la vieron mala y repartieron la boleta sola para que la gente pueda agregársela a quién quiera. Es la misma estrategia que utilizó Cambiemos en 2019”, le dijo a Data Clave un histórico dirigente peronista de la tercera sección electoral.

Según su mirada, el corte fue más bien producto de una confección que hicieron algunos intendentes para poder sostener el poder local, ganar con holgura y separarse de un gobierno nacional del que hoy Sergio Massa es ministro de Economía.

La estrategia referenciado es que la provocó en 2019 un corte de boleta con el que distritos como San Miguel, La Plata y Lanús pudieron separarse de la papeleta presidencial de Mauricio Macri para dar vuelta su batalla local y revertir resultados negativos de más de 12 puntos de diferencia en contra.

Lo cierto es que la primera y la tercera sección no aportaron la cantidad de votos necesarios para que Massa quede como el candidato más votado. Pero no solo eso. El corte en algunos municipios populosos del Gran Buenos Aires superó en algunos casos el 20 por ciento.

El ejemplo de lo sucedido en Ezeiza sirve para graficarlo mejor. En un bastión en el que solo gobernó a nivel local el peronismo durante 28 años a través de Alejandro Granados, su hijo, Gastón, cosechó el 52 por ciento de los votos. Sin embargo, Massa solo captó al 34 por ciento del electorado municipal.

Los casos de Avellaneda (un corte de un 10 por ciento en contra de Massa), Malvinas Argentinas (11), Moreno (12) y Hurlingham (14) también son notorios. Sin embargo, los más llamativos se dio en Tigre y en San Fernando. 

Sucede que en ambos distritos la referencia al massismo es directa. En Tigre, el ministro de Economía fue jefe comunal y su esposa, la presidenta de AySA, Malena Galmarini, precandidata a jefa comunal. Sin embargo, el corte en contra fue del 19 por ciento.

Pero sin dudas el caso más atípico se dio en San Fernando, donde hoy gobierna el Frente Renovador a través de Juan Andreotti. El intendente, que irá por su segundo mandato, ganó con el 53 por ciento de los votos. Pero el corte contra Massa fue más duro que en Tigre y un 20 por ciento optó por otra boleta.