La serie “El Encargado”, que salió hace pocas semanas por la plataforma Star+ y que protagoniza el actor Guillermo Francella, causó un notable éxito al ojo de la crítica y el propio fana de Racing ya adelantó que habrá una segunda temporada ante la buena aceptación, más allá del enojo de los encargados de edificio que aseguraron sentirse “estigmatizados” por el personaje.

Eliseo, el nombre que encarna Francella en el film, es un encargado de edificio que tiene 30 años de antigüedad y que regodea de su amplio conocimiento sobre la vida que llevan los vecinos de los 17 departamentos que hay sobre la estructura edilicia. Su choza, ubicada en la terraza del edificio y que desentona con los elegantes departamentos de cada piso, funciona también como un cuartel de operaciones en el que el protagonista guarda información de sus servidores.

A pesar de su trayectoria, Eliseo se encuentra con un obstáculo: un grupo de vecinos, empujados por el presidente del consorcio, un abogado ostentoso con su vida como pedigüeño con el prójimo de apellido "Zambrano", quieren hacer una lujosa pileta en la terraza con barra de tragos, gimnasio y hasta un solarium. ¿El problema? Para que den los números, deben despedir a Eliseo y contratar a una empresa tercerizada de servicios.

La noticia fue remitida a Eliseo por parte de Zambrano y el apoderado del consorcio, pero claro, como persona “bicha” que es, el personaje que encarna Guillermo Francella se enteró de la noticia por un vecino. A partir de ahí es que se desarrolla esta serie que ofrece una trama que va más allá que la figura de un encargado y cuan entormetido sea en la vida diaria de los vecinos: es un film donde se habla centralmente de poder. Cómo construirlo, retenerlo y hasta recuperarlo en caso de una eventual pérdida.

El Encargado | Tráiler Oficial | Star+

Eliseo transita a lo largo de la primera temporada un proceso en el que mezcla táctica, estrategia y asume riesgos peligrosísimos para retener el poder de un edificio al que no le pertenece, pero que pareciera que así fuera durante el recorrido de los episodios. Se recuesta en “Beba”, la típica abuelita confiada y solitaria que le rinde fidelidad a cambio de algunos gestos. Aunque el personaje principal lo haga por una conveniencia personal, lo cierto es que incluso la salvó de ser estafada en manos de otro villano.

El protagonista de “El Encargado” opera sobre la lógica de “El Príncipe”, el imprescindible ensayo de Nicolás Maquiavelo que es lectura obligatoria en el primer año de la carrera de Ciencia Política y que debiera serlo para aquellos políticos sedientos de poder que vean a la política por un fin en sí mismo. Escrito en 1513, funciona como uno de los mejores trabajos para explicar la funcionalidad de la teoría política. Allí se ven los fundamentos de cómo debe funcionar el Estado, las estructuras de poder según los “principados” -en esa etapa todavía no existían los Estados-nación y la acción moral en la toma de decisiones, un tema fundamental.

Eliseo tiene escasos momentos en los que reniega de su moral. Se reconoce un “hijo de puta” en un pasaje clave de la serie cuando se intentó desprender de una persona a la que le tenía estima por un solo motivo: salvarse de una acusación de los vecinos y evitar que su figura se viera puesta en duda.

Según Maquiavelo, son tres las formas de gobernar una ciudad o principado que, antes de ser conquistados, funcionaban con su propio orden jurídico: la primera, arrasando con todo; la segunda, instalarse allí personalmente para supervisar; y la tercera, dejarlos vivir con sus leyes, imponiéndoles un tributo y creando en el lugar un gobierno minoritario que los conserve amigos. Eliseo cumple la segunda forma por omisión y la tercera como estrategia necesaria para subsistir.

Lo sorprendente de esta contienda que tiene a Eliseo como protagonista es que su despido iba a rendir frutos: le esperaba una jugosa indemnización con la que probablemente iba a poder vivir dignamente el resto de su corta vida. Pero el poder -y el sentido de pertenencia- es más fuerte. El poder entendiéndolo como la capacidad de persuadir, influir y permanecer en cierto lugar de relevancia. En este caso, Eliseo apunta a conservar lo que supo construir a lo largo de 30 años. Un poder que no fue ni nuevo ni heredado, como plantea Maquiavelo contra aquellos que recibieron la facultad de tomar decisiones sin ningún mérito.

En otro pasaje de este libro necesario para todo estudiante de Ciencia Política, Maquiavelo también habla de la “virtud” del que es capaz de conservar el poder y adaptarlo a las necesidades para poder subsistir. Para Eliseo no era suficiente con persuadir a los vecinos para que votaran negativamente por el proyecto en la reunión de consorcio. En parte se debe a que, como bien señala Maquiavelo, “cada vez que los enemigos cuentan con la ocasión de atacar, lo hacen de modo faccioso, a la par que los otros defienden tibiamente, y de ese modo el príncipe peligra junto a ellos”.

 El film que promete segunda temporada vive a lo largo de los capítulos estas tensiones que tienen a Eliseo como protagonista. Un protagonista que necesita ser "zorro" para conocer las trampas y ser “león” para intimidar a los lobos, como bien plantea Maquiavelo en su teoría sobre lo que debe ser un príncipe y cómo debe utilizar a las “bestias”. “Los que se basan simplemente en el león, deberían dejar la política”, dice a continuación. Quizás “El Encargado”, visto desde otra perspectiva que la historia vulgar de un hombre chismoso e intimidante, sea un retrato casi perfecto de cómo es la política argentina y global y cómo son los laberintos de los dirigentes en post de conservar el poder.