En cada turno electoral en la provincia de Santa Cruz sobrevuela el mismo fantasma: “este año pierde el peronismo”. En la práctica, eso no sucede desde el regreso de la democracia a la actualidad. Y si bien en los últimos años han sufrido algunos reveses en comicios de medio término, a la postre en las ejecutivas conservan el poder.

Incluso la actual gobernadora, Alicia Kirchner, se sobrepuso a momentos de zozobra como cuando terminó atrincherada en Casa de Gobierno por una protesta docente. Corrían los meses de abril y mayo de 2017 y la oposición se relamía con la crisis de la mandamás de una de las pocas sobrevivientes de lo que había sido el gobierno kirchnerista en la Nación. Pero dos años después, contra todos los pronósticos, se impuso en las urnas.

Y el escenario en este 2022 preelectoral es similar: el año pasado el oficialismo provincial sufrió una dura derrota, donde quedaron relegados al tercer lugar debido a la ruptura del dirigente petrolero Claudio Vidal, quien finalmente ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación con su nueva fuerza denominada SER. El temor a que vuelva a jugar por afuera en la compulsa del 2023 es alto, ya que demostró tener una alta intención de votos. Y si bien no le alcanzó para quedarse con el primer lugar, relegó al tercero al oficialismo.

Así las cosas, con un radicalismo envalentonado en todo el país y con un trabajo de años en la provincia -que podría capitalizar la senadora Roxana Reyes el año que viene- el peronismo se encuentra en una encrucijada. Todavía no se conoce una decisión de la última representante del kirchnerismo puro sobre si irá o no por un tercer mandato, por lo que ya entran en consideración varios nombres. De todos ellos, uno genera mayor ruido y expectativa, en el sur pero también en Buenos Aires. 

Sucede que de a poco, boca a boca y con algún afiche sin remitente claro, se comenzó a instalar la leyenda “Máximo Gobernador”, en referencia al diputado nacional e hijo del recordado expresidente y tres veces gobernador santacruceño, Néstor Kirchner. El dato no es menor: hoy MK tiene un rol central en el Congreso y dentro de la política bonaerense, donde es ni más ni menos que el presidente del PJ provincial. Su partida hacia el sur sería por demás estruendosa.

No obstante, ya hay quienes por lo bajo cuestionan la validez de esta jugada. Dirigentes de la vieja guardia incluso lo verían como una muy fuerte señal de debilidad. Y remarcan que “su tiempo ya pasó” que era “hace un año o dos”, pero ahora “ya no es posible”. En términos cuantitativos, hace años que Máximo está alejado de la política provincial, pero su apellido pesa y mucho.

Otros, señalan que tras su portazo en la presidencia del bloque de Diputados del Frente de Todos y sus palpables diferencias con el presidente Alberto Fernández, Máximo podría plantear un "operativo retirada" para sumar poder propio en Santa Cruz. Asegurar el terruño K, al menos por otros cuatro años. 

¿Golpe de efecto? Máximo Kirchner suena como candidato a gobernador…en Santa Cruz

Por este motivo, nadie se anima a dar por sentado que el heredero de Néstor será el sucesor de Alicia. En efecto, no es el único candidato o dirigente con aspiraciones. Desde hace años, varios se anotan en la carrera por la gobernación. Uno de ellos es el actual presidente de YPF, Pablo González. El funcionario nacional fue vice de AK en la primera gestión y en silencio construye sus posibilidades.

Otro que podría pedir pista es el actual segundo de Kirchner, Eugenio Quiroga. De perfil bajo, semi outsider, pero no deja de ser el vicegobernador. En su momento, una fuerte denuncia por abuso lo corrió del cargo unos meses. Luego, volvió a la función pública y no habría que descartar sus chances. 

Pero quienes asoman con más chances son dos intendentes. El primero de ellos es el jefe comunal de la capital, Río Gallegos, Pablo Grasso. En efecto, el alcalde fue propuesto por la militancia y tiene el respaldo del Partido Justicialista de Santa Cruz. Sin embargo, su relación con la mandataria provincial no es la mejor y tampoco logra aglutinar a las corrientes del partido. En efecto, otro que quiere y siempre suena es el mandamás de el Calafate, Javier Belloni. Oriundo del refugio de Cristina, dio la pelea en el último turno electoral pero se quedó con las ganas.

¿Entra en juego la Ley de Lemas?

En cualquier caso, de todos los candidatos, el que lograría acallar la interna y el ruido partidario es Máximo. En este sentido, desde un sector político dejaron trascender que se baraja la eliminación de la Ley de Lemas para gobernador, instaurada para la votación del 2015. De esta manera, el hijo de Néstor sería el candidato en la provincia y los intendentes le traccionarían votos, En este escenario hipotético quedarían fuera de competencia los jefes comunales, una vez más.

Los encargados de la rosca justicialista -y algún opositor también- señalan que de este modo el PJ mataría dos pájaros de un tiro: por un lado evitaría que Claudio Vidal integre algunos de los frentes y deba ir solo como candidato, al tiempo que encolumnaría al peronismo detrás de la figura de Máximo.

¿En qué consiste la Ley de Lemas? También llamado Doble Voto Simultáneo, este sistema electoral se implementa en la actualidad en muy pocas provincias: Santa Cruz, Misiones y Formosa, solo para nivel municipal y legislativo en las últimas dos. En todas, los debates para derogarla son encendidos. 

Bajo este sistema se considera que cada partido o coalición representa un lema. De igual modo, cada lema puede incluir varios sublemas. Los electores eligen sublema de preferencia y al momento de contar los votos todos los sublema suman al mismo lema. Es decir, el sublema que más votos haya sacado, suma también los votos de los que sacaron menos. La elección primaria de los candidatos se realiza en simultáneo pero todos le suman al ganador.