Alberto Fernández aseguró este domingo en una entrevista con la agencia Noticias Argentinas que la pobreza “está mal medida” porque si hubiera un 40,1% como dicen las mediciones del INDEC “la Argentina estaría estallada”.

“La pobreza se mide a través de la Encuesta Permanente de Hogares, es una encuesta. Yo me temo que la gente no diga toda la verdad, porque si le preguntas a una persona y te dice ´tengo un plan´, de ahí en más empieza a mentir porque tiene miedo de que se lo quiten”, afirmó el presidente.

Además, al ser consultado sobre si lo convencía Axel Kicillof como líder de la oposición puso en duda que pueda abarcar todas las posiciones del Frente de Todos. “No sé si nos representa a todos”, adelantó.

Y agregó: “Hay otros sujetos políticos dentro del peronismo, Victoria Tolosa Paz, Gabriel Katopodis, Jorge Ferraresi, "Coqui" Capitanich, tienen un futuro impresionante por delante, por qué encerrarnos a pensar en los nombres que circulan desde el año 2003 ¿no? por qué no pensar en otros nombres”.

En relación a lo que se viene, confirmó que estará en el acto de traspaso de mando a Javier Milei. “Es lo que corresponde, uno no es demócrata según le gusten los resultados de las elecciones, uno simplemente es demócrata y uno respeta las instituciones. Lo voy a hacer porque corresponde”, definió. 

Consultado también por su relación con la vicepresidenta Cristina Kirchner durante su mandato, Fernández se quejó por el lugar en el que fue colocado por los medios: “Me pusieron en un lugar donde Cristina me manejaba, me torturaron durante años con ese tema”.

El mandatario aseguró que si aceptaba las renuncias de Eduardo “Wado” de Pedro y otros funcionarios tras las elecciones de 2021 iba a quedar como que “rompía” el Frente de Todos. “Yo nunca vi a ninguno de ellos enfrentar una mirada de Cristina como yo enfrenté la mirada de Cristina. Yo prioricé ahí la unidad y lo haría mil veces más”, sostuvo el Presidente.

Por último, se distanció de la vicepresidenta de quien consideró “tiene un modo de hacer política que a mí no me gusta” y que tiene que ver “con esa forma personalista de hacer política”.

“Fue muy loco porque los medios me decían qué era un títere y cuando no hablaba era dramático porque no hablábamos. Esto lo vi durante cuatro años, ese lugar en el que me pusieron donde Cristina me manejaba, me torturaron durante años con ese tema”, concluyó Fernandez.