El discurso de Alberto Fernández en Avellaneda tuvo lugar al mismo tiempo que la publicación del fallo de la Corte Suprema, que confirmó a los tres jueces desplazados por el kirchnerismo, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli hasta que se realicen nuevos concursos.

El Jefe de Estado dijo que "es necesario que la justicia funcione", que sea "rápida", y que haya jueces "técnicamente preparados y moralmente probos".

"Sigo esperando que la Cámara de Diputados se digne a tratar la reforma que he propuesto", dijo Fernández al inaugurar obras del edificio del Departamento Judicial Avellaneda/Lanús, y agregó: "Los espías entremezclados con los jueces no fue una buena idea y usar jueces para perseguir opositores no fue una buena idea".

 "Esa reforma no busca que yo ponga jueces amigos ni los traslade de un lado a otro y los ponga como subrogantes del juzgado que me conviene. Busca que tengamos jueces dignos, éticos y técnicamente preparados para que la ciudadanía tenga la justica que se merece", continuó Fernández.

Prácticamente al mismo tiempo, el fallo fue firmado por una mayoría integrada por los jueces Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti a los que se sumó Elena Highton de Nolasco. Carlos Rosenkrantz, en un voto propio, se pronunció por la validez de los traslados de los tres camaristas. La sentencia implica una salida intermedia para la pulseada que se da entre el Gobierno y la oposición.