La Cámara de Diputados confirmó para este miércoles 23 de agosto desde las 12 una sesión especial pedida por el presidente de bloque radical, Mario Negri, con apoyo de la mayoría de los bloques opositores. No se sumaron desde el bloque Frente de Todos ni tampoco desde el Frente de Izquierda.

El primer paso que debe dar la oposición es lograr el quórum para habilitar la sesión y el debate. En la previa, la posibilidad de conseguir el número para comenzar el tratamiento de los temas propuestos en la convocatoria es una incógnita. Libertarios y algunos bloques provinciales no confirmaron presencia aún.

En el pedido de sesión hay 36 proyectos disponibles para su tratamiento. De este total, 28 corresponden a Juntos por el Cambio,  6 son del Frente de Todos, uno de la libertaria Carolina Piparo y 1 del diputado por Rio Negro, Agustín Domingo. Todos estos no tienen dictamen de comisión y deben tener dos tercios de los votos positivos para su debate, algo prácticamente imposible desde los números.

Es por eso, que los dos proyectos que tienen más posibilidades de ser aprobados son los que ya tienen dictamen de las comisiones desde el año 2022. Uno del oficialismo y otro de la oposición. La propuesta del Frente de Todos es el de mayoría y por ende tiene prioridad de tratamiento en caso de que se habilite el debate. Propone sostener los tres años en los contratos con índice anual de actualización y cláusula atada a la variación de los precios y los salarios. El texto del oficialismo incorpora incentivos fiscales para los que pongan en alquileres inmuebles y un impuesto a la vivienda ociosa. 

El dictamen de minoría fue firmado por Juntos por el Cambio, interbloque Federal y bloques provinciales. Pretende volver a los dos años en los contratos, con actualización entre 3 a 12 meses a negociación entre las partes. “Una pseudo derogación”, como la bautizaron internamente. Esto último punto puede alejar votos claves de los 3 diputados libertarios ya que desde La Libertad Avanza piden la derogación total de la ley, algo que también genera rispidez al interior del PRO. Halcones sostienen lo mismo que el bloque de Javier Milei.

“El quórum viene mal, no confirman libertarios y algunas provincias”, dijo a Data Clave una fuente con acceso directo al principal despacho impulsor de la sesión. “Sin al menos 5 de esos no hay sesión”, sentenció. La especulación electoral empieza a jugar y una posible sesión donde nadie pueda imponer su proyecto y quede sin resolución sospechan que puede envalentonar el discurso mediático “anticasta” de Milei.

Además, el propio oficialismo tiene diferencias internas. Mientras desde el Frente de Todos la idea que reúne más consenso es no dar quórum y dejar que la oposición, dueño del pedido de sesión, consiga el número, otro sector pide aprobar con parámetros parecidos a los de Juntos por el Cambio. El massismo y el diputado y candidato Leandro Santoro se han manifestado a favor de volver a dos años en los contratos. “Tienen quilombo con Grabois y con La Cámpora”, aseguran desde los pasillos de Diputados. En el Frente de Todos están seguros “que van a sostener el dictamen” que propusieron en las comisiones. 

En este punto, la hipótesis entre los dos bloques es que “puede ser mejor que no haya quórum”. La posibilidad de una sesión sin proyecto aprobado es más dañina que un fracaso en el número. 

De todos modos, de aprobarse, deberá sortear el Senado, donde apenas se pudo realizar una sesión en todo el año. Una tarea difícil en todos los escenarios. El éxito no esta asegurado. Más bien, todo lo contrario.