El primer ministro británico, Boris Johnson, sufrió una importante crisis en su gobierno luego de que dos funcionarios importantes y otros 15 de menor rango presentaran su renuncia al mostrar severas diferencias con su gestión. En tono debilitado, fue al Parlamento y prometió "seguir adelante" con su plan y reconfigurar su gabinete.

El premier de Gran Bretaña vivió un momento de tensión política similar a lo que le ocurrió al presidente Alberto Fernández durante el proceso post PASO de 2021, donde los ministros kirchneristas pusieron su renuncia a disposición para presionarlo y se vea obligado a rearmar su equipo de gabinete, algo que terminó haciendo y que concluyó en la salida de varios ministros.

Curiosamente, ambos mandatarios se vieron en Múnich cuando participaron de la cumbre del G7. Además, en un hecho poco frecuente para Argentina y Gran Bretaña, tuvieron una reunión bilateral para hablar de la crisis mundial por la invasión de Rusia a Ucrania. En ese encuentro, Fernández le planteó en la cara la cuestión Malvinas, que el gobierno también viene defendiendo en los foros internacionales.

El encuentro bilateral entre Argentina y Gran Bretaña
El encuentro bilateral entre Argentina y Gran Bretaña

Boris Johnson sufrió el martes las renuncias de los ministros de Finanzas, Rishi Sunak, y de Salud, Sajid Javid, debido a su manejo de escándalos éticos, incluyendo el de un funcionario acusado de inconducta sexual.

El poder y la autoridad moral del premier británico se vio afectada luego de la difusión de un video en el que se lo ve encabezando una fiesta mientras su población permanecía encerrada en sus casas debido a la cuarentena por la pandemia del COVID-19. En este caso, se vio otra coincidencia con Alberto Fernández.

El último hecho escandaloso que se generó en el gobierno de Johnson fue cuando se filtró que uno de sus diputados, Chris Pincher, fue acusado de "toquetear" a dos hombres sin su consentimiento y renunció a su cargo de responsable de la disciplina parlamentaria de los diputados conservadores. En 2017, ya había sido acusado de hacer proposiciones sexuales a un atleta olímpico.

Un portavoz del gobierno británico informó a los medios que el primer ministro aceptó rápidamente la renuncia tras considerar “que es lo correcto”. Además, sostuvo que “este tipo de comportamiento es inaceptable y a quienes deseen presentar quejas a que lo hagan”.

En cuanto a la gestión en tiempos de crisis política, Boris Johnson fue al Parlamento británico y prometió hoy "seguir adelante" con su gobierno a pesar de los llamados a renunciar tras una ola de dimisiones en el Ejecutivo por una serie de escándalos.

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"La tarea de un primer ministro en circunstancias difíciles, cuando se ha recibido un mandato colosal, es seguir adelante, y eso es lo que voy a hacer", dijo el premier conservador.

Vale destacar que, además de los dos ministros de salida, otros 15 funcionarios de menor rango presentaron sus dimisiones, todos coincidentes con los argumentos vinculados a los escándalos sexuales y el proceder de varios funcionarios ejecutivos del gobierno.

El secretario de Estado para la infancia y la familia, Will Quince, dimitió afirmando “no tener otra opción” tras haber transmitido en los medios de comunicación informaciones proporcionadas por la oficina de Johnson “que resultaron ser inexactas”.

La asistente del secretario de Estado de transportes, Laura Trott, renunció considerando que la confianza en el gobierno se ha “perdido”. El secretario de Estado de educación, Robin Walker, lamentó al presentar su dimisión que los “grandes logros” del gobierno hayan sido “ensombrecidos por errores y cuestiones de integridad”.

Y John Glen anunció su renuncia como ministro del Tesoro, diciendo que tiene una “total falta de confianza” en el liderazgo de Johnson. El éxodo constituye la mayor crisis de liderazgo de Johnson desde su llegada al poder, en julio de 2019.

Johnson sobrevivió a una votación en el Parlamento sobre su continuidad en el cargo, o moción de censura, el mes pasado, y bajo las reglas actuales de procedimiento, no puede ocurrir otra votación de ese tipo hasta dentro de 12 meses.

Sin embargo, los parlamentarios aún podrían considerar opciones para tratar de cambiar las reglas para celebrar otra votación para destituir a Johnson. Según los principales medios británicos, se espera una votación la próxima semana para reelegir a los miembros de una comisión que elabora las reglas sobre las mociones de censura.