El canciller Santiago Cafiero presidió este lunes la apertura del Curso Internacional de Políticas Públicas en Derechos Humanos del bloque regional, junto a Remo Carlotto, Director Ejecutivo del IPPDH, y Norma Colledani, Coordinadora de la Sección de Políticas Públicas y Cooperación Técnica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

En este escenario, Cafiero destacó el rol de los organismos de DDHH en la historia democrática argentina de los últimos 40 años: “La vuelta de la democracia como un régimen político está directamente vinculado con los derechos humanos. A partir de 1983, gracias a la lucha de los organismos los DD.HH. se transformaron en un pilar de la política exterior argentina, no porque esté escrito en documentos sino porque esto viene a partir de esa lucha. Y gracias a eso es que termina estableciéndose como un pilar de la política exterior”.

Esa identidad transformó la política exterior argentina a tal punto que en 2022 por primera vez presidimos el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, lo que fue un gran orgullo. Allí se recogió el trabajo y el prestigio de los organismos, de Madres y de Abuelas de Plaza de Mayo, de otros organismos y de hombres y mujeres referentes, luchadoras y luchadores que se vinculan a la defensa irrestricta de los derechos humanos", dijo en el acto en la sede del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos (IPPDH) del Mercosur, ubicada en el Espacio de la ex ESMA.

Y añadió: "Para nosotros eso fue una culminación y un escalón de prestigio internacional, porque todos los países votaron para que Argentina esté allí”.

Por último, el titular del Palacio San Martín aseguró que “el Estado ha adaptado muchísimo sus normas y sus leyes, en un camino para encontrar e impartir justicia, que fueron los miles de casos de militares que están enjuiciados y cumpliendo condena, y esto se hizo bajo el estado de derecho civil. A la política de Memoria, Verdad y Justicia la acompañó el pilar del resarcimiento hacia las víctimas y familiares pero también a la sociedad y a la comunidad en su conjunto”.

Por su parte, Remo Carlotto, resaltó que desde el comienzo mismo del proceso de integración regional en 1991, hubo una progresividad en materia de agenda de derechos humanos”, y frente al escenario actual y futuro.

Y concluyó: “Entre los desafíos que se nos presentan está la posibilidad de construir en el marco del ejercicio pleno de la democracia en nuestro países y de la alternancia política en nuestras gestiones -más allá de los signos políticos- que no existan procesos de regresividad en la agenda de DD.HH. y de las políticas públicas. Nosotros tenemos un planteo muy firme de que las políticas públicas de DD.HH. no son una opción política de los gobiernos sino son obligaciones de los Estados asumidas ante la comunidad internacional”.