El Tribunal Oral Federal Número 1 de San Martín condenó a la pena de prisión perpetua a Santiago Omar Riveros, por delitos de lesa humanidad ocurridos en la Zona de Defensa IV, a cargo del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, durante la última dictadura militar.

Los jueces Daniel Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega también juzgaron a otras 18 personas, en el marco de una mega causa en la que testificaron más de 700 personas.

Además, se contabilizaron un total de 350 víctimas y fueron juzgados en principio 22 acusados, de los cuales quedaron 19 al final del proceso -dos murieron por causas naturales, y uno fue separado por enfermedad irreversible-, a los que se acusaba por delitos de torturas, secuestros, y homicidios, así como también por allanamientos, robos agravados y abusos sexuales agravados.

Durante la dictadura, el predio de Campo de Mayo -de unas cuatro mil hectáreas- alojó prisioneros en diversos lugares: El Campito o Los Tordos, Las Casitas o La Casita; el Hospital Militar con la maternidad clandestina y la prisión de Encausados.

En el alegato, la fiscal estimó que pasaron por Campo de Mayo más de 6.000 personas y el nivel de sobrevivencia fue menor al 1%, y que se trató de una "monumental maquinaria montada, articulada, alimentada, aceitada para producir el mas ominoso ritual de muerte del que tenga memoria nuestro país".

Y añadió: "Los genocidas organizaron una comunidad para la muerte. Y estos imputados la integraron a conciencia, con sus variados aportes. Esenciales todos. Porque sin lo que hizo cada uno no hubiese sido posible el accionar colectivo".