El ya tradicional debate de los candidatos a diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires que puso al aire este miércoles la señal de noticias TN, no dejó demasiado para analizar delante de cámaras, pero sí muchísimo color en el detrás de escena. El primero en llegar fue Néstor Grindetti, cuando faltaban casi dos horas y media para el comienzo formal de la cita. El intendente de Lanús, que es además jefe de campaña de Diego Santilli, se mostraba algo inquieto. 

“Es la ansiedad”, respondió ante la consulta de Data Clave. Lo esperó a su candidato en el camarín junto a Federio Suárez, el ex ministro de la gestión de Vidal en provincia que está encargado del discurso de una parte del larretismo. El equipo de asesores del “Colorado” también estaba integrado por Karina Serafino, su vocera y Federico Di Benedetto, Secretario de Comunicación y Contenidos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Un rato más tarde, cuando faltaban apenas minutos para las diez de la noche, dos de los dirigentes bonaerenses de peso en el PRO que se acercaron a los estudios de Constitución para apoyar a Santilli charlaban en los pasillos sobre Grindetti: “Qué nervioso que está Néstor, pareciera que el que va a debatir es él”, señalaban. 

El primer candidato de la boleta de Juntos llegó acompañado de su esposa, Analía Maiorano, con el pecho inflado. Como si derrochara confianza. “Sabemos lo que vinimos a hacer, tenemos experiencia”, decía en voz alta, para que se lo escuche. En los últimos minutos de preparación se sumaron también sus compañeros de lista. Graciela Ocaña le regaló un halago por su vestimenta: “Que lindo que estás”, repetía. 

Facundo Manes y Santilli se fundieron en un abrazo que buscaba declarar ante cámaras y espectadores que todas las diferencias de la interna antes de las elecciones primarias quedaron atrás. Pero no fue el abrazo más sentido de la noche, Victoria Tolosa Paz y Malena Galmarini hicieron lo propio. 

La candidata del Frente de Todos había llegado con sus principales colaboradores y después de una breve entrevista con el cronista que la recibió en la alfombra roja, se metió en su camarín. Hermetismo puro. Ni siquiera dejaron pasar a la maquilladora que se acercó para retocarla. Aunque tiene una amplia experiencia en estudios de televisión de todos los sectores, algunos en su equipo se sentían “de visitante”

Junto con la titular de AySA llegaron las principales caras de la Casa Rosada que dijeron presente. Los ministros Juan Zabaleta, de Desarrollo Social, y Gabriel Katopodis, de Obras Públicas. Dos caras nacionales pero con territorio en la Provincia. Sin embargo, esa comitiva parecía liderada por el Jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde. El de Lomas de Zamora fue el que encabezó al grupo en la acreditación y en el ingreso. 

Nicolás Del Caño llegó acompañado por Miryam Bregman. A la candidata de la izquierda en CABA, quien había tenido su oportunidad de debatir la semana anterior, se le escapó una confesión. Uno de los tópicos de conversación en el camino hacia el Debate fue el tema del que habló el país entero en los últimos días: el triángulo amoroso entre Wanda, Icardi y la China Suárez

Cynthia Hotton, la candidata que recurrió a la justicia electoral para superar el piso del 1,5% y entrar en las generales, llegó con una sorpresa: la acompañó la asesora de imagen y habitual columnista de programas de TV Matilda Blanco, a quien eligió para vestirla.

Por su parte, Florencio Randazzo y José Luis Espert se mantuvieron discretos, acompañados en ambos casos por sus segundas en las listas: Carolina Castro y Carolina Píparo, respectivamente.

Durante el Debate, el show más importante se dio en la tribuna. En el centro se ubicó el Frente de Todos. Insaurralde tenía a su izquierda a la ex ministra de Gobierno provincial, Teresa García. A la derecha estaban Zabaleta, Katopodis y Galmarini. Lo curioso es que inmediatamente debajo estaban Manes, Ocaña, el también candidato a Diputado Juan Manuel López, de la Coalición Cívica y el intendente de La Plata Julio Garro, que en la previa mantuvo conversaciones amenas con los dos ministros nacionales. 

En la primera fila estaban los colaboradores que podían ingresar a apuntalar a cada candidato en las distintas pausas. Ahí montaba su guardia el nerviosismo de Grindetti. En cada uno de esos ingresos se percibía un clima tenso general en casi todos los atriles. El único que rompía esa monotonía era el de Espert, en el que llegó a haber alguna que otra selfie en uno de los cortes. 

A lo largo de las más de dos horas de exposiciones la platea tuvo secretos al oído, risas, codazos y hasta bostezos. “Arrancamos muy temprano”, se justificaban todos. Esas charlas y complicidades eran, por supuesto, siempre entre dirigentes de un mismo espacio político. Pero hubo una excepción. Al regresar de una de sus intervenciones en el atril de Santilli, Grindetti fue recibido con chicanas de Zabaleta y Katopodis. “¿Qué pasó Néstor? ¿No ensayaron?”, preguntaban entre risas los ex intendentes de Hurlingham y San Martín. La respuesta fue en silencio pero con gesto futbolero. Cuernitos, al mejor estilo Mostaza Merlo, para cerrar la noche.