La preocupación es clara. Desde el Frente de Todos entienden que el voto fuerte del PRO en la Ciudad de Buenos Aires ya empezó a tener su impacto en los distritos linderos. Y es por eso que, más allá del objetivo Nacional y Provincial, los intendentes peronistas que gobiernan en municipios pegados a CABA buscan por todos los medios contener la avanzada en tandem de Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli. En otras palabras, el peronismo se siente amenazado, como si fuera parte de un tablero de T.E.G, por el empuje del voto PRO.  

El retorno de Jorge Ferraresi a Avellaneda es una muestra de la necesidad de reforzar el primer cordón del Conurbano en busca de contener el voto interno. Lo mismo que lo ocurrido la semana pasada en torno a General San Martín, donde el actual ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, dejó en claro que no competirá pero ya potenció la figura de su actual sucesor a nivel local, Fernando Moreira.

Se trata de dos de los siete distritos bonaerenses que limitan con CABA. Y en los que, según las últimas elecciones, Juntos achicó la distancia con el Frente de Todos de una manera muy clara. A nueve puntos en Avellaneda y a solo 1.7 en San Martín. Pero no solo eso. En ambos lugares, la oposición subió su techo electoral e, incluso, puso en jaque al distrito del noroeste tras vencer en las primarias por más de 5 puntos de ventaja.

¿Pero qué sucede en el resto de los municipios? Sin dudas, Lomas de Zamora y La Matanza viven realidades distintas. Pero no por eso hay tranquilidad. Son dos distritos fuertes en los que el voto peronista no se discute. Pero también son dos territorios que, sumados, concentran casi el 15 por ciento de la población de Buenos Aires. Y es por esto que tanto el jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, como el intendente Fernando Espinoza, saben que no hay mejor defensa que un buen ataque. Y que es necesario lograr que Juntos no alcance porcentajes elevados por más que la victoria ya la tengan asegurada.

El salto de la concejal Mabel Godoy de Juntos al Frente de Todos ocurrido días atrás en el distrito sur expone una de las estrategias con las que cuenta el oficialismo para mandar un mensaje claro a la población. El control del Concejo Deliberante de ambos distritos es total. En Lomas la ventaja es de 18 a 6 mientras que en La Matanza de 15 a 7 (hay dos por la izquierda).

Pero además, hay una estrategia. "Reforzamos la campaña en los márgenes porque la pelea se suele dar en la periferia", le cuenta a Data Clave un concejal del Frente de Todos en La Matanza". Y agrega: "No solo con CABA sino también con Tres de Febrero".

Es que de los siete distritos linderos, hay tres que son gobernados por la oposición. Justamente Tres de Febrero es uno. Y allí la puja es conocida. El intendente Diego Valenzuela no tuvo problemas para ganar las generales pese a que en las PASO el peronismo suele dar pelea. El panorama del Frente de Todos es complejo por la cantidad de subdivisiones que se presentan y la puja de poderes entre La Cámpora y el curtismo. Tras dos elecciones al frente, el presidente del PJ local Juan De Bandi quiere ir por hazaña sin la necesidad de que le piquen el boleto antes de tiempo. Y es que el fuego amigo, existe.

El otro caso es el de Lanús. Donde la puja es más cerrada. El intendente Néstor Grindetti ya avisó que no irá por un nuevo mandato y Diego Kravetz se apoya en Hacemos, una de las patas peronistas del PRO, para poder sacar una diferencia de más peso en un distrito de extracto peronista donde las divisiones entre La Cámpora y el Movimiento Evita, no le permiten sacar una ventaja positiva al Frente de Todos.

Para cerrar, queda Vicente López. La prueba cabal del ingreso del PRO en el Conurbano. La calle más directa entre dos jurisdicciones diferentes que hablan un mismo idioma y que, incluso, llevaron a que el intendente con pedido de licencia, Jorge Macri, pegue el salto a la ciudad para consolidar la fuerza local y, con el municipio como espejo, continuar y profundizar el trabajo de Larreta. Un tapón que, por más que refuerce, el FdT no puede colocar.