Esta madrugada la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA), que conduce Héctor Morcillo, inició de manera sorpresiva una serie de bloqueos en fábricas del sector, lo que podía afectar la distribución de alimentos en todo el país.

Ante este panorama, la Secretaría de Trabajo, que dirige Julio Cordero, convocó a empresarios y dirigentes gremiales a una audiencia y terminó dictando la conciliación obligatoria.  

La medida de fuerza estaba motivada por la falta de respuestas por parte de las firmas nucleadas en la Federación de Industrias de Productos Alimenticios y Afines (FIPAA) en las negociaciones paritarias. 

El plan de lucha comenzó el miércoles con paros de 2 horas por turno y continuó con los bloqueos en las empresas, los cuales tenían previsto extenderse por 48 horas. 

“Tratamos de buscar una salida a nuestros reclamos sosteniendo el diálogo con los empresarios y no recibimos una respuesta satisfactoria”,  explicó Morcillo respecto a la medida de fuerza. 

“Por lo que dimos paso a las medidas de fuerza que había sido aprobadas por un plenario de secretarios generales en el que se le otorgó el mandato al Consejo Directivo para decidir las protestas que creyera convenientes y necesarias”, precisó. 

El gremio había acordado el mes pasado una suba salarial del 16% en dos tramos, entre marzo (9%) y abril (7%), alcanzando un acumulado del 304% entre mayo 2023 y abril 2024. Sin embargo, aseguran que el salario de base continúa estando por debajo de la línea de pobreza del INDEC. 

Además, el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) denunció que en mayo la cámara “mostró inacción” ante el pedido de aumentos para seguir avanzando en la recomposición salarial. Ahora las partes deberán sentarse a negociar durante 15 días.