El excandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, tiene claro su objetivo de liderar el movimiento peronista de cara a lo que serán los próximos comicios. Más allá de la dura derrota ante el actual primer mandatario, Javier Milei, el líder del Frente Renovador está decidido a no perder el liderazgo electoral que lo llevó a recorrer el país. 

Massa hoy sabe bien que la situación no es la misma. Y que hoy ya no es la cara económica de un gobierno nacional, con Alberto Fernández a la cabeza, que dio un gran traspié en su camino de revertir la situación en la que había quedado el país tras el paso de Mauricio Macri.

Con ese marco de fondo, Massa espera, agazapado, para salir a hablar en el momento justo. La fecha, hoy por hoy, sería durante la realización de la Feria del Libro, entre el 25 de abril y el 13 de mayo, cuando el referente político presentará su nuevo ejemplar del que todavía no trascendió título ni contenido. “No lo sabemos ni nosotros”, le contestó a Data Clave un legislador bonaerense.

Pero tanta espera puede ser perjudicial. Sobre todo, en un momento en el que, día tras día, el gobierno de Milei lleva adelante una política de ajuste que impacta de lleno en toda la sociedad y aquellos que brindaron su voto creyendo que el recorte no los afectaría y golpearía de lleno en la política ya comienzan a desilusionarse.

Ágil y siempre atento, el exintendente de Tigre se corrió de la escena, pero no así Malena Galmarini quien tras descartar un cargo en el gobierno de la provincia de Buenos Aires levantó el perfil y salió a poner los liderazgos en discusión. “Cuando un espacio político pierde las elecciones, durante un tiempo pierde la voz. No es que pierde líderes, pierde la capacidad de hacerse escuchar. Parecen 10 años, pero pasaron 4 o 5 meses. Esta es la primera cuestión”, manifestó en diálogo con Urbana Play.

El Frente Renovador se reposiciona, busca tomar liderazgo y poner a Massa por encima de Kicillof

El fallido congreso partidario del PJ envalentonó a Massa. Sucede que el justicialismo volvió a poner en evidencia la poca capacidad de tomar decisiones en un momento tan complejo para el país y no solo no llevó adelante el pedido de licencia de Alberto Fernández como presidente sino que además, en los hechos, quedó “acéfalo” según explican los propios dirigentes por lo bajo. “¿Quién es el presidente del partido? No lo sabe nadie porque está claro que Alberto no es y no puede serlo”, le dijo a este medio un intendente del Conurbano.

El Frente Renovador se reposiciona, busca tomar liderazgo y poner a Massa por encima de Kicillof

Cabe recordar que a Galmarini la habían mencionado para ocupar un rol en el Grupo Provincia. Sin embargo, desde el Frente Renovador dijeron que ese cargo tenía como fin “bajarle el precio”. La dirigente negó la posibilidad de tomar ese rol y fue más allá al asegurar que “Massa sacó dos puntos más que Kicillof en la Provincia”, con el fin de darle al líder del Frente Renovador el lugar que se merece.

Sin embargo, los números mencionados no son precisos. Sucede que, por el contrario, el gobernador bonaerense sacó dos puntos más que Massa en la Provincia en las generales. Fueron 4.224.688 (42.88 por ciento) mientras que Kicillof sumó 4.233.092 (44.89%). Cerca de 9 mil votos más y un dos por ciento a favor del actual mandatario.

Lo cierto es que la puja por ver quién ocupa hoy en el peronismo el rol de referente nacional está abierta. El grupo de intendentes que acompaña a Kicillof mueve los hilos para subirlo rápido a la pelea y de esa manera comenzar a condicionar el armado rumbo al 2025. Y Massa no quiere perder todo su recorrido cosechado. También están los gobernadores del interior. Sin embargo, el difícil panorama nacional los deja fuera de la necesidad de ponerse al frente del armado partidario más allá de algunas intenciones.

Vale recordar que la relación entre Massa y Kicillof no atraviesa su mejor momento. Semanas atrás, durante la primera sesión extraordinaria en la Cámara baja de la Legislatura, el líder del Frente Renovador autorizó a que sus diputados no bajen al recinto con el fin de dejar a la vista las diferencias internas. La queja puntual fue porque el gobernador no acusó recibo de un pedido de los jefes comunales del massismo para reunirse. Algo que, en su momento, negaron desde el ejecutivo provincial.