El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, confirmó este jueves la compra de un centenar de pistolas Taser para que sean utilizadas por "grupos de élite" de las fuerzas de seguridad, previo entrenamiento, y precisó que se trata de un proceso iniciado en octubre pasado.

"Nosotros ya compramos las pistolas Taser en octubre. Esto nos permite que los grupos de élite empiecen a entrenar. Todavía no sabemos cuándo; no las tenemos todavía. Hay que terminar el proceso pero no estamos muy lejos", afirmó en declaraciones formuladas esta mañana a Radio 10. 

En ese marco, Aníbal Fernández sostuvo que "seguramente" el Gobierno porteño también podrá utilizarlas.

El miércoles se conoció que el Gobierno compró cien pistolas Taser que serán destinadas a grupos especiales de las fuerzas federales del país, en el marco de un proceso que se inició el año pasado. 

La compra se materializó por contratación directa con una empresa que tomó en parte de pago un lote de ese tipo de armas electrónicas que había sido adquirido en el 2019 por la entonces ministra Patricia Bullrich y que había quedado en desuso por tratarse de pistolas de un solo cartucho, que no cuentan con emisión de advertencia ni cámaras incorporadas.

La compra fue autorizada por las Resoluciones 283 y 1167 de la Policía Federal Argentina, fechadas el 31 de octubre y 28 de diciembre respectivamente, detallaron las fuentes. Las pistolas Taser son armas electrónicas que se regulan y controlan por la Ley de Armas y Explosivos de 1975 (20.429) y los Decretos 395/1975 y 1039/1989, agregaron desde la cartera de Seguridad. 

Asimismo, indicaron que "su uso y adquisición por las Fuerzas de Seguridad y Policías en la Argentina fue definido políticamente en los años '80, cuando se incorporaron en la normativa nacional de control de armas, como material controlado". "Es por eso que el debate sobre la cuestión esta saldado, ya que nuestro Gobierno respeta y cumple con los plexos normativos nacionales y sus obligaciones internacionales", puntualizaron los voceros.

Estas pistolas serán destinadas a los grupos especializados de cada fuerza federal, como el Albatros de Prefectura, el Alacrán de Gendarmería, los Grupos Tácticos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, las Unidades tácticas de Intervención Federal y el GEOF de la Policía Federal Argentina

Para el uso de estas armas, los agentes deben cumplir con el "protocolo de Actuación para la utilización de Dispositivos Electrónicos de Inmovilización Momentánea (D.E.I.M.) de baja letalidad", vigente desde la gestión de la antecesora de Aníbal Fernández, Sabina Frederic. 

Desde la cartera de Seguridad remarcaron que esta compra, iniciada el año pasado, no está vinculada al reciente homicidio de la agente de la Policía de la Ciudad Maribel Zalazar, madre de dos hijos y baleada en la estación Retiro del subte C el 14 de febrero último.

Chispazos en el PRO por el uso de las Taser

“Hay un fallo de la Corte que autoriza a usar las Taser. En vez de pedir tanto permiso al Gobierno, que te dice siempre que no a propósito, le diría a Horacio: tomá la decisión”, arremetió días atrás Patricia Bullrich en A24 para generar un nuevo enfrentamiento interno con el gobierno porteño y Horacio Rodriguez Larreta.

La definición de la presidenta del PRO no quedó solo en el aire del canal de noticias. Además, eligió poner en sus redes el fragmento de la entrevista donde justamente envía el mensaje directo a su contrincante en la interna presidencial. La respuesta desde el larretismo no tardó en llegar.

“CABA ya decidió usar las taser. En efecto, hace más de dos años las compramos pero el Gobierno Nacional tiene frenada la importación desde entonces. No es un tema de decidir usarlas sino de poder importarlas”, dijo Felipe Miguel, jefe de gabinete en el gobierno porteño pero además el funcionario que asumió la vacante temporal en el ministerio de seguridad por la licencia de Marcelo D´alesandro.

En este sentido, el hombre de confianza de Rodríguez Larreta aclaró que “la importación de armas en Argentina requiere la autorización del Gobierno Nacional” y es este que pone trabas en el proceso.