El presidente de YPF, Pablo González, denunció en la Justicia federal que fue víctima de espionaje ilegal dentro de la compañía petrolera que él encabeza. Ya fue identificado el "topo" y fue despedido de sus funciones.

Se trata de una maniobra de espionaje que ocurrieron a fines del 2021, pero el presidente de la entidad recién hizo la denuncia en mayo del 2022, debido a que otros ejecutivos de la "planta permanente" se negaban y recomendaban mantener la investigación en secreto.

La denuncia de González recayó en el juzgado federal N° 1 a cargo de María Romilda Servini. La misma reveló que un empleado de seguridad de YPF, responsable de las tareas de contrainteligencia interna establecidas por protocolo en todas las empresas que cotizan en Wall Street, ingresó a la oficina del presidente fuera del horario laboral y fotografió documentos y revisó las pertenencias personales de González.

El responsable de haber llevado adelante maniobras de espionaje fue identificado como Alejandro César Alberto Garofani Mariscal y fue descubierto infraganti por un compañero, que lo filmó mientras realizaban en conjunto las tareas bautizadas internacionalmente como TSCM, por las siglas en inglés de “Technical Surveillance Counter Measures”, que en español significa “Contramedidas de Vigilancia Técnica”.

El topo que ingresó a la oficina del presidente de YPF. Foto crédito: Revista Noticias

La denuncia, que publicó primero la Revista Noticias, indicó que Alejandro Garofani “realizaba fotografías tanto con su celular corporativo como con su celular personal, y que esas imágenes las almacenaba y/o enviaba o compartía a terceros a través de su celular (ya que luego de fotografiar manipulaba el celular en actitud de escritura dactilar sobre la pantalla; lo que fundamenta la sospecha razonable de que trasmitió en el momento las fotos a alguien más), circunstancias que conllevarían a la creación de copias no controladas de documentos que contienen información Sensible No Pública de YPF S.A. e información personal de los ejecutivos de la compañía, lo que materializa la exposición de esa información”.

El topo Garofani no solo fotografió documentos. Su compañero de vigilancia también lo registró apuntando la cámara de su celular a un portarretrato en el que se ve a la esposa de González junto a la Cristina Kirchner. El presidente de YPF sospechaba que lo espiaban porque solía encontrar papeles revueltos, movidos o fuera de lugar.

En la denuncia, aseguró que el topo entraba a su despacho de la torre de YPF en Puerto Madero con la “asistencia” del Departamento de Seguridad Física, quien ejecuta las TSCM, que se basan en buscar micrófonos o dispositivos de espionaje instalados secretamente.

Una de las líneas de investigación apunta a un posible tráfico de información en la industria petrolera y que los competidores de YPF o litigantes internacionales sean los compradores de esa información Sensible No Pública de la sociedad anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York.