A poco menos de 6 meses de las PASO, todo hecho político se lee en clave electoral. Y esto ocurrió este martes en Morón, donde el presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof compartieron un acto, luego de tres meses de no mostrarse juntos en público. El dato no es menor, en pleno tire y afloje por la mesa política del Frente de Todos que se espera arroje definiciones sobre las candidaturas del espacio.

En este sentido, desde el municipio del Gran Buenos Aires, los mandatarios enviaron un mensaje de unidad, a propios y ajenos. “No importa quién va a presidir a partir de diciembre, sí que sea uno de los nuestros", subrayó el Presidente, en medio de rumores sobre el poco apoyo que cosecharía su intento de reelección en el peronismo. 

Acompañado por el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el mencionado Kicillof; por el intendente local, Lucas Ghi; por la titular de AySa, Malena Galmarini, y el ministro de Economía, Sergio Massa en primera fila, Fernández inauguró una obra de saneamiento.

“Llevamos tres años muy difíciles. Lo que Macri nos dejó, que no hay que olvidarlo, porque nos dejó 54 puntos de inflación, un endeudamiento como nunca, obligaciones imposibles de cumplir. Al día 99 vino una pandemia que se llevó 10 millones de vidas. Cuando estaba por superarse, se desató una guerra. Planteo este escenario para que sepamos cómo podemos hacer obras como ésta en semejante contexto. La respuesta es simple, hay decisión política”, señaló Alberto.

Por su parte, el mandamás bonaerense apuntó: “No es: 'Ah, pero Macri' sino '¡Ay, pero Macri!. Duele lo que hizo Macri en la provincia ya desde los años 80. En esa década, se anunció esta obra y se firmaron los contratos. Pero era una estafa desde el principio: el Estado ponía una parte y el resto, un empresario que le transferían el costo a los vecinos”.

Y disparó: “Hay que tener memoria. Lo que estamos haciendo hoy es histórico. Es un día en que se repara una injustica y se muestra cuáles son las prioridades de un gobierno, mientras otros venden espejitos de colores mientras hacen tremendos negociados”.