Minutos después de las 22 horas del jueves y tras una jornada de calor agobiante y de actividad política muy intensa, Alberto Fernández abordó el vuelo AR-1096 de la aerolínea de bandera rumbo al aeropuerto de Fiumicino. Poco después del mediodía de la Argentina, finalmente llegó a Roma.

Anoche, en la aeronave ya lo aguardaba el resto de la comitiva oficial integrada por el canciller Santiago Cafiero, el ministro Julián Domínguez; y la Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales Cecilia Todesca, entre otros funcionarios.

Amable y de buen ánimo, el mandatario saludó a los miembros de la tripulación de la aeronave y a los periodistas que cubrirán las dos cumbres de la que participarán los integrantes del gobierno argentino, minutos antes del despegue.

En Roma aguarda el titular del palacio de Hacienda, Martín Guzmán, quien desembarcó el jueves en la capital italiana para anticipar algunos encuentros con representantes del Fondo Monetario Internacional.

El objetivo central de la gira es incorporar en el trazo fino del documento final que presentará la Cumbre de líderes mundiales algunos conceptos que refuercen la posición argentina la renegociación de la deuda.

Diálogos de "alto vuelo"

Durante las trece horas que duró la travesía entre Buenos Aires y Roma fueron varios los funcionarios que compartieron charlas con los periodistas presentes en el avión. La gran mayoría de los intercambios giraron en torno a la relación de la Argentina con los Estados Unidos, a los encuentros bilatelares previstos para las dos jornadas que durará la Cumbre y al ríspido tema de la liberación de las patentes para las vacunas anti covid.

Aterrizaje en Roma. Foto exclusiva de Data Clave
Aterrizaje en Roma. Foto exclusiva de Data Clave

Alberto Fernández se mostró impresionado por el discurso de Joe Biden, quien este jueves hizo un encendido alegato en favor de que los ricos paguen más impuestos y destacó la forma en la que evadieron sus cargas tributarias con la anuencia del propio sistema político y económico. La expectativa de la comitiva argentina es que durante la cumbre Biden replique una ponencia similar, lo cual sintonizaría perfectamente con la posición que viene sosteniendo el presidente argentino en cuanto foro mundial ha participado.

El armado de las bilaterales que tendrán lugar durante la estadía romana también demandó una tarea encomiable de la Cancillería. Más allá del crucial encuentro que mantendrá con la titular del FMI Kristalina Giorgieva, Fernández tiene puesta una gran expectativa en la reunión con Angela Merkel, a quien admira y respeta profundamente, sin soslayar la importancia de los mano a mano que mantendrá con Pedro Sánchez y Emanuel Macron, con quienes ya se reunió durante la anterior gira por Europa. También está previsto para el domingo un encuentro virtual con el premier ruso Vladimir Putin, que no estará presente durante la Cumbre.

El Fondo y la deuda

Otro punto álgido en la consideración anaĺítica de la Rosada, previo al inicio de las deliberaciones, es la preocupante situación financiera en la que la administración macrista dejó al país. En ese sentido, Fernández ya remarcó en varias oportunidades -la última, el pasado miércoles durante el acto de homenaje a Néstor Kirchner- que la ex titular del FMI Christine Lagarde, debe hacerse responsable de haberle prestado al gobierno de Cambiemos una cifra imposible de devolver en los plazos y montos acordados. Desde esa perspectiva, el gobierno argentino propone asumir los compromisos adoptados pero encaminando la negociación de las sobretasas -que permitiría un ahorro de U$S 900 millones anuales- y la cláusula pari passu, que habilita a tomar una mejor condición para devolver el préstamo en caso de que aparezca en el futuro.

En la comitiva oficial consideran que las negociaciones están bien encaminadas y que la perspectiva es muy positiva. El foco principal está puesto en encontrar una salida al tema del endeudamiento que permita destrabar la situación generada por la administración del macrismo, pero que también siente las bases para los intercambios que se produzcan en el futuro.

El objetivo de máxima que aspira lograr Fernández es que el G-20 le recomiende al Fondo crear una nueva línea de crédito -fondo de resiliencia- y que se resuelva lo de la sobretasa.

En las reuniones previas a la cumbre ya se logró que los ministros de Hacienda consensuaran un texto contemplando estos objetivos. Ahora resta trasladar ese consenso al documento que suscribirán los presidentes, recomendándole al FMI avanzar en ese sentido. Para la Argentina eso tendría ribetes muy importantes ya que permitiría destrabar los obstáculos que, de momento, obturan la concreción del tan ansiado acuerdo con el Fondo. "Sería el gol de Diego a los ingleses", ironizó uno de los funcionarios que integran la comitiva durante la tardía sobremesa a once mil metros de altura sobrevolando el Atlántico.

Vacunas para todos

El debate sobre el acceso universal a las vacunas para prevenir el coronavirus también forma parte de los ítems centrales de la agenda que vienen debatiendo los principales líderes que participarán de la cumbre. La postura del mandatario argentino fue, desde el primer momento, claramente a favor de que los laboratorios habiliten la posibilidad de producir masivamente dosis que permitan inmunizar a toda la humanidad. Luego de que la industria farmacéutica norteamericana -particularmente Pfizer- redondeó un negocio formidable con la comercialización de su vacuna, Biden se alineó también con esta iniciativa. Sin embargo subsisten resistencias entre los países miembros de la Unión Europea y por eso las negociaciones por incluir en el documento final un párrafo consensuado al respecto continuarán hasta último momento.

Será uno de los temas que seguramente estará presente en el encuentro que el mandamás de la Casa Blanca mantendrá en la tarde del viernes con el Papa Francisco, otro de los preocupados por universalizar la distribución del fármaco.

El Sumo Pontífice también le manifestará su preocupación por el tema del endeudamiento de los países más pobres y de la necesidad de consensuar salidas que les permitan a estos gobiernos emerger de la crisis sin la presión de acreencias imposibles de afrontar.