Dos semanas atrás, en la previa de las PASO, la “Santileta” con la que el primer candidato a diputado nacional por Juntos, Diego Santilli, les ofrecía a los bonaerenses “subirse a la esperanza”, se descompuso.

La ocasión, claro, sirvió para que varios se mofen. Ni lerdo, ni perezoso, Carlos Bianco recurrió a las redes sociales para dirigirse al “Colo” con la foto de la camioneta siendo acarreada: “Santilli, chiflame, en el baúl del Clío siempre llevo una linga, para los que se quedan a mitad de camino.

El Clío al que hacía referencia Bianco es su auto particular. El mismo que puso a disposición del entonces candidato a gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para recorrer todos los municipios de la Provincia. Un recorrido con el que se familiarizó con la situación local de los distritos y que sirvió para iniciar el camino hacia el sillón de La Plata.

Y los archivos cada vez son más difíciles de pasar. Lo cierto es que quien realmente se quedó a mitad de camino fue el propio Bianco, que no podrá completar la vuelta por completa por la gobernación como jefe de Gabinete. En las próximas horas, Martín Insaurralde ocupará su lugar tras una serie de cambios en el Ejecutivo que Kicillof cerró ayer con Cristina Fernández en El Calafate.

El despiste de Bianco era el más esperado por la oposición. Y, en un correlato de lo que también pasó a nivel nacional, el jefe de Gabinete se convirtió en el primer fusible del gobernador con el fin de mostrar un cambio en las formas rumbo a las generales de noviembre.

Carlos Bianco fue el conductor del auto que llevó a Axel Kicillof a la gobernación.

Con su salida, Kicillof pierde a su principal defensor, quien a partir de ahora seguirá bien de cerca a su amigo pero como jefe de asesores. Sobre los cambios, esta mañana, Bianco aseguró que “está muy bien cambiar nombres y perfiles. Estamos en un momento muy particular donde se está yendo la pandemia, están cayendo los casos de coronavirus y en esta etapa el objetivo es acelerar el crecimiento y generar empleo, lo que siempre hizo el peronismo”.

Y agregó que las modificaciones “son muy simples y están en consonancia con lo que está haciendo el Gobierno nacional, muchos gobiernos provinciales y municipales: llevar cambios en sus equipos por la circunstancia general y por el resultado de las elecciones, que es algo que no podemos obviar". Además destacó que había que "escuchar claramente lo que determinó el voto popular y el gobernador entendió que tenía que reforzar el Gabinete, hacer cambios y dar otras responsabilidades".

Durante los dos primeros años de gestión, Bianco fue quien se puso al hombro, junto al entonces ministro de Salud, Daniel Gollán, el reporte epidemiológico semanal en relación al Covid. Y fue, también, la primera verba filosa con la que el oficialismo se defendió de los ataques de la oposición, sobre todo, en relación a todo lo derivado de la pandemia.

Por ende, su salida era la más lógica tras la derrota del Frente de Todos en las PASO. A lo largo de su gestión dejó varios enfrentamientos de tenor. “Ellos inoculan odio, nosotros vacunas y amor”, fue una de sus intervenciones más recordadas en defensa del ejecutivo provincial y contra una oposición a la cual acusó de “odiar al país”.