La apuesta es fuerte. Restringir de modo más severo la circulación, resignando la bandera de la presencialidad escolar -aún a costa de sus propias convicciones- y acelerar el proceso inmunizatorio, de la mano de las vacunas que llegarán a la Argentina durante el fin de semana, es el combo con el que el presidente Alberto Fernández piensa enfrentar el  pico de una segunda ola que amenaza con transformarse en un problema mayor que su antecesora.

La jugada -que provocó una reacción contraria furibunda de la oposición- le permitió al presidente recuperar la iniciativa en la lucha contra la pandemia, generándole un costo político muy alto, que pagará seguramente con el rechazo expresado por un sector de la sociedad a la medida más polémica, que es el cierre temporario de las escuelas durante las próximas dos semanas.

Justamente esos quince días representan el tiempo que Fernández considera fundamental para lograr el achatamiento de la curva epidemiológica, que hace ya varios días no desciende de los veinte mil contagios diarios, con una mortalidad también muy elevada, mientras vacuna a las personas más vulnerables al coronavirus. A las 870 mil dosis de Covishield que llegarán el domingo provenientes de Amsterdam en un vuelo de KLM como parte del acuerdo COVAX, se le suman unas 500 mil que un nuevo vuelo de Aerolíneas Argentinas traerá al país desde Moscú durante el fin de semana.

"Alberto estuvo hablando muy seguido con Cristina (Fernández) últimamente y ella le dijo que tenía que alinearse con Axel (Kicillof) para dejarlo en evidencia a (Horacio) Rodríguez Larreta", confió a Data Clave una fuente que dialoga frecuentemente con el primer mandatario nacional.

La polémica decisión adoptada por el presidente en las últimas horas sobre la presencialidad escolar estuvo antecedida de una "sugerencia" del gobernador bonaerense, que contribuyó a convencerlo de modificar la postura sostenida y defendida por la mayor parte del gabinete nacional hasta pocas horas antes del anuncio que la contradijo.

Luego sobrevino la respuesta del alcalde porteño, que lo colocó una vez más como el máximo referente opositor, opacando la figura de Patricia Bullrich y Mauricio Macri (totalmente desdibujados en la reacción) y hasta de la reaparecida María Eugenia Vidal, cuyas declaraciones de este jueves pasaron desapercibidas. "Alberto y Horacio se transformaron en los dos grandes antagonistas del escenario político, dejando de lado a sus respectivos mentores", sostuvo un reconocido analista político.

Cumbre para medir el tamaño de sus convicciones

Este viernes, Larreta y Fernández se verán las caras en Olivos. Pero el encuentro no modificará la decisión que esta madrugada quedó expresada en el Decreto de Necesidad y Urgencia que lleva la firma del presidente. "No hay margen para un vuelta atrás en la medida sobre las escuelas", dijo una altísima fuente a Data Clave, tras el reclamo del Jefe de Gobierno de CABA para que no se lleve adelante la suspensión de las clases presenciales.

En privado, Fernández piensa que Larreta es "cínico" y que el trabajo conjunto "es muy complicado, porque a la mañana te dice una cosa y a la tarde hace una conferencia de prensa y te dice otra, lo que dificulta mucho acordar cualquier cosa con él".  A pesar de este diagnóstico, aceptó recibirlo para escucharlo y mostrarle un par de documentos preparados con la información aportada por Oscar Atienza, un médico epidemiólogo que monitorea los distintos ciclos de la pandemia en la Argentina, donde queda evidenciado cómo evolucionó el virus y sus efectos de contagio y letalidad en la ciudad de Buenos Aires.

Estos informes son el basamento científico de la decisión más polémica que estableció el DNU vigente desde este viernes: la suspensión de la presencialidad escolar a partir del lunes y por dos semanas.

El alcalde porteño había reclamado públicamente el encuentro con el primer mandatario, tras los anuncios del miércoles. "Apostamos siempre al diálogo, pero esta forma de trabajo ayer se rompió", disparó el jefe de Gobierno en una rueda de prensa. "Esa no es la manera de requerir una audiencia", dijeron desde la Rosada los colaboradores del presidente. Fue entonces cuando Diego Santilli se comunicó con el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, para coordinar el cónclave de los funcionarios. 

Por un lado, Fernández admitió que las nuevas medidas no las consensuó con nadie y que se hará cargo de su decisión, mientras que Rodríguez Larreta advirtió que llevará el tema a la Justicia, mediante la presentación de un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia.

Lo que ocurra en las próximas dos semanas determinará el destino político del presidente de la Nación. Pero también el del Jefe de Gobierno porteño y el del gobernador bonaerense. Si la estrategia definida este miércoles en Olivos es exitosa, Fernández logrará consolidar su liderazgo y podrá mirar el escenario electoral del último trimestre de 2021 con otra perspectiva.

El "triunfo" también será festejado por Axel Kicillof que este jueves sacó chapa de orador picante en la presentación de las medidas con las que su administración encarará los próximos quince días de restricciones y se posicionó como el "hombre fuerte" del kirchnerismo, con clara proyección nacional, luego de haber logrado convencer al presidente de la necesidad imperiosa de restringir fuerte por un breve lapso temporal.

Para Larreta, la ganancia es doble, porque logró congraciarse con el porteñaje que lo idolatra y desplazó a sus adversarios internos del PRO en la carrera por la candidatura presidencial de un 2023 que parece lejano.

Lamentablemente el saldo de esta disputa no solo se cuenta en futuros votos, sino en vidas que hoy se siguen perdiendo a manos de un virus que no sabe de especulaciones políticas.