La reciente llegada de Alejandro Formento al directorio del BAPRO sirvió para atar, al menos por un mes, una de las principales discusiones entre el oficialismo bonaerense y Juntos que, tras las elecciones, irán retomando volumen.

Sucede que tras el salto de Juliana Di Tullio al Senado de la Nación, el Banco Provincia se quedó sin el quorum necesario para operar. Incluso, en estos últimos dos meses el presidente de la entidad, Juan Cuattromo, tuvo que recurrir a decisiones extraordinarias para poder continuar con un funcionamiento más cercano a lo normal.

Pero claro. El tiempo pasó y desde el ejecutivo tuvieron que sentarse a dialogar con la oposición, producto de su mayoría en el Senado, para lograr la aprobación del pliego de Formento. “Estaba en juego el descrédito para empresas grandes. Si viene YPF y te dice que necesita mover tanta plata y vos le decís que no podés resolverlo ahora porque te falta una firma, agarra todo y se va a otro banco”, le dice a Data Clave una fuente calificada.

Sin embargo, la venia de Juntos no se dio sin antes llevarse la promesa de, a partir de diciembre, poner en discusión las sillas que se liberan en diciembre.

Con el cambio de gobierno, y desde el fin del contrato de cuatro directores, la oposición le reclama a Kicillof la renovación de esos cargos. Aducen que se les “debe” un lugar en la mesa central del BAPRO. El anzuelo político de la deuda es algo más que una devolución de gentilezas. Sucede que en la actualidad el Senado bonaerense, quien aprueba los pliegos para la entidad bancaria, cuenta con 26 legisladores de Juntos y 20 del Frente de Todos por lo que el gobernador no tiene los votos necesarios para llevar a cabo los reemplazos sin la posibilidad de negociar con la oposición.

La negociación cayó en las últimas semanas en manos del jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, quien logró resolver el conflicto, con la obligación de la inmediatez, en favor del gobernador Axel Kicillof. Por ahora.

Y es que el mandatario provincial deberá afrontar en diciembre no solo la escalada de la oposición sino también la de los intendentes, quienes ya dejaron en claro que quieren referencia propia en el directorio del BAPRO. Un mensaje que llegó tanto del Conurbano como del Interior.

En la actualidad, además de Formento, son cuatro los directores: Sebastián Galmarini (Frente Renovador), Humberto Vivaldo (con buen vínculo con el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares) y Diego Rodrigo (por la oposición). El cuarto es Cuattromo, quien además de presidente ocupa una banca. Y es el único de los cinco que no vence su contrato en diciembre.

Es por eso que desde el mes que viene quedarán libres cuatro butacas hoy ocupadas y cuatro más que en la actualidad están vacías. “Nosotros dimos nuestro paso. El oficialismo se la jugó a tener un Senado a favor y las PASO le dieron la espalda. No les quedó otra que acordar. Por eso después del 14 nos vamos a sentar a hablar”, le dicen a Data Clave desde la oposición en la Legislatura bonaerense.

El problema que tiene por delante el oficialismo no afecta solo a Kicillof sino que también impacta en el Frente Renovador ya que a la hora de poner en juego la danza de nombres habrá que ver cómo se para el oficialismo y qué tan unido queda el Frente de Todos tras las legislativas. “Hay un compromiso asumido. El gobernador no abre el diálogo con nadie y el problema no lo va a tener solo en el BAPRO sino también en IOMA o el IPS”, confiaron fuentes legislativas a este medio.

Pese a que parecía solucionado con el arribo de Formento, el oficialismo solo logró ponerle un parche al conflicto y, el mes que viene, se sabrán si las consecuencias, como se prevé, podrían impactar de lleno en la referencia de Kicillof y también en el massismo