La ivermectina es una droga antiparasitaria de amplio uso en medicina humana y veterinaria. Pero en Corrientes, Salta y Misiones, se ha autorizado su uso para casos graves de Covid-19, para la prevención en personal de salud y para pacientes que hayan mantenido contacto estrecho con positivos.

Y esto ocurre pese a que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) no ha autorizado su uso para el tratamiento de coronavirus. "Hasta el momento ANMAT no autorizó que se agreguen en las indicaciones de uso del producto el tratamiento de covid-19”, aclararon desde este organismo a Data Clave. No obstante, en este momento se están realizando estudios clínicos y podrían haber novedades en los próximos días. 

El boom del uso de estos comprimidos tiene un dato que lo confirma: la falta de stock de este medicamento en las principales farmacias de alcance nacional, según aportaron a Data Clave desde el sector farmacéutico.  Y a este dato no sólo lo explica la explosión en las ventas, sino también que, para que surta efecto, las dosis a aplicar deben ser el triple (0,6 miligramos por kilo del paciente, con repetición de tratamiento semanal) a los comprimidos que requiere en el uso antiparasitario de la ivermectina (0,2 miligramos por kilo del paciente y se aplica por una única vez). Esta cuestión alertó a la comunidad médica, a raíz que no está comprobada la eficacia y seguridad del producto. 

Distintas organizaciones médicas han alertado sobre el uso de este medicamento, que en todos los casos debe ser recetado. A fines de octubre, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) reconoció que “la ivermectina es un potencial inhibidor de la replicación viral del SARS-CoV-2” y detalló que “la evidencia disponible in vitro sugiere que para alcanzar niveles efectivos de ivermectina se necesitarían importantes aumentos y potencialmente tóxicos de la dosis”. 

En aquel comunicado con fecha al 10 de octubre de 2020, la SADI advirtió que “la ivermectina no es una droga inocua y aún a dosis terapéuticas puede provocar un número frecuente (>10%) y considerable de efectos secundarios adversos, desde leves a graves”, y recomendó que “no se utilice la ivermectina para el tratamiento y/o profilaxis del SARS-CoV2 al margen de estudios bien diseñados, debidamente registrados, y que sean éticamente aceptables”.

Las certezas respecto a la efectividad y seguridad de este medicamento podrían conocerse en breve, a raíz que ya hay varios estudios -que se realizan en Argentina- en fase 3. “La OMS está haciendo un metanálisis de todos los estudios que se han hecho. Hay varios trabajos pequeños con pocos pacientes y resultados dispares. Pero hay dos o tres más grandes que para fin de mes tendremos resultados interesantes y podremos saber si realmente tienen un efecto, en febrero se podrá decidir si hay que revisar o no esa indicación”, le contó a este medio Omar Sued, presidente de la sociedad que nuclea a los infectólogos. El uso que se le podría dar a la ivermectina -en caso que reciba la aprobación de emergencia- no es para la prevención sino para casos tempranos con efectos leves.

Respecto a la autorización que este medicamento recibió en distintas provincias, Sued declaró: “Siempre que se utiliza un medicamento que no está comprobada su eficacia y seguridad pone en riesgo a la persona, esa ha sido siempre la posición de la SADI y no ha cambiado. Hay que esperar estos nuevos resultados y ojalá que sean positivos y nos obliguen a cambiar de opinión”. Misiones, una de las provincias que autorizó su uso, realiza un seguimiento de farmacovigilancia individualizado junto al Conicet.

Es un debate que trasciende las fronteras Argentinas. En Estados Unidos, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) declaró que “aunque existen usos aprobados para la ivermectina en personas y animales, no está aprobada para la prevención o el tratamiento del COVID-19”. Confirmó que no existe autorización de este organismo para el uso del medicamento y aclaró que para seres humanos sólo está autorizado “para el tratamiento de algunos gusanos parásitos (estrongiloidiasis intestinal y oncocercosis)”.

Ayer, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) insistió en que aún es insuficiente la información respecto a los efectos para prevenir o mejorar los cuadros de coronavirus. Detalló, a su vez, que “algunos estudios clínicos no mostraron beneficios o un empeoramiento de la enfermedad después del uso de ivermectina”. Y agregaron que “la mayoría de los estudios informados hasta la fecha tenían información incompleta y limitaciones metodológicas significativas, lo que dificulta la exclusión de causas comunes de sesgo”.