Con 25 años Josefina Mendoza llegó a la Cámara de Diputados. Se convirtió entonces en la mujer más joven en ocupar ese cargo. Llegó al órgano legislativo desde la política universitaria y apenas un par de años después el país en el que le toca intervenir es completamente distinto. Y a la vez es el mismo. 

En las elecciones a través de las cuales Mendoza entró decima en la lista oficialista para la provincia de Buenos Aires, el hoy presidente Alberto Fernández fue jefe de campaña de Florencio Randazzo en su fallido recorrido hacia el Senado. En tres años, la realidad política cambió por completo pero, al mismo tiempo, los problemas de fondo suenan conocidos. Son aquellos tópicos que, en Argentina, nunca se terminan de resolver. Flagelos que atraviesan generaciones y que se dan una y otra vez casi de manera cíclica. Las mismas preocupaciones que en el temblor de fines de los ochenta y principios de los noventa, tiempos en los que nació la ahora diputada.

La joven radical le adjudica esa historia repetida "al sistema político y dirigencial". "Si cada determinada cantidad de tiempo hay una crisis socio-económica y se piensa prácticamente en las mismas recetas o respuestas y supuestas soluciones, me parece que  no se aprendió mucho", dice. Una mirada que cuestiona al pasado y se muestra optimista de cara al futuro.

El 17 de octubre el peronismo celebró el 75 aniversario del "Día de la Lealtad". Ni siquiera los padres de Josefina habían nacido en la histórica jornada de 1945 que representó el surgimiento del partido político que hoy está a cargo del Gobierno nacional. Un día después de ese festejo la Diputada más joven de la Cámara atraviesa su primer día de la madre. Su hija nació en marzo, cuando la pandemia que paralizó al mundo llegaba a nuestro país. 

Data Clave: ¿Por qué haces política Josefina?

Josefina Mendoza: Bueno, porque creo que es la mejor forma mediante la cual uno puede cambiar la realidad, digamos. Parece una frase muy trillada pero es lo que siento y es lo que veo. Cuando uno tiene la posibilidad de tomar decisiones, en este caso a través de la política, es cuando efectivamente puede cambiar algo. Y se supone que por eso hacemos política: para cambiar una realidad que no nos gusta, que no compartimos.

DC: Eso en la teoría, y en la práctica ¿qué tan factible es cambiar la realidad?

JM: Cuando yo empecé la verdad es que me metí en la política estudiantil, en la facultad. Al principio no pensé que mi vida iba a estar dedicada a la política. Uno se va involucrando cada vez más. Empecé a ver desde mi militancia estudiantil el hecho de estar, de ser parte de las mesas de discusión. Y ser parte de esas discusiones hacía que un poco representara a los estudiantes o tratara de representarlos de alguna manera, hacía que podamos llevar la voz de los estudiantes. Y de alguna forma modificar un montón de luchas que se dan en el marco de la política universitaria. Después de haber sido presidenta de la Federación Universitaria Argentina, me tocó ocupar una banca. Y si bien en el órgano legislativo es más difícil ver que se materialicen las miradas políticas, porque después mucho depende de la política pública que implementa el poder ejecutivo. Pero si es cierto que tenemos la gran responsabilidad de legislar. Y con una ley uno puede cambiarle la vida a la gente. Entonces eso me hizo ver que efectivamente se podían materializar un montón de cosas. Por supuesto, yo hoy soy la más joven de la Cámara, con lo cual en comparación con otros diputados tal vez tengo menos experiencia y he podido ver menos cosas. Me han tocado vivir distintas realidades. Además me tocó ser diputada por el oficialismo cuando entré, con lo cual muchas cosas que yo planteaba, o que veía el espacio para plantearlas, efectivamente se podían concretar. Muchas, por supuesto, quedan pendientes todavía.

Josefina Mendoza, la diputada más joven de la Cámara: "El sistema político está agotado"

DC: Te tocó formar parte del oficialismo en su momento y ahora estar en la Cámara como opositora, ¿con que diferencias, problemas y situaciones te encontraste?

JM: Tal vez uno cuando no está en el espacio de toma de decisiones, siempre es más idealista. No lo digo en el mal sentido. Sino, justamente, si uno tiene un ideal, eso es lo que hace que todos los días uno se levante con ganas de seguir haciendo política, de seguir peleando por las causas que te parecen justas, en definitiva.

DC: El teorema de Baglini.

JM: Claro, yo tengo una forma de concebir la política que siempre trato de hacerlo de una manera responsable. Hoy me toca ser oposición, probablemente en otro momento me toque de nuevo ser oficialismo. Todo eso que planteo desde la oposición, se supone que lo plateo porque si me tocara a mí tomar esas decisiones desde el oficialismo, las llevaría adelante. Me parece que ese grado de responsabilidad tiene que estar siempre. Por supuesto, uno tiene más o menos margen acorde también al momento político en el que te toca tomar esas decisiones y el momento en el que está la Argentina. A veces hay crisis socio-económicas que hacen que muchas veces sea más complejo. Por eso me parece que lo que hay que consensuar en una gran mesa política e intersectorial deberían ser esas prioridades. Pero sí, a ver, también la política es eso. Uno llega con una idea y tiene que entender que cuando se sienta en esa mesa, incluso cuando te toca poner en discusión un proyecto de ley tuyo, sabes que probablemente sufra modificaciones y después en el recinto se termine aprobando la ley, probablemente muy distinta a la que presentaste. Pero me parece que se trata de eso: de entender cuándo hay que ceder y hasta dónde.

DC: ¿Por qué cada determinada cantidad de tiempo se repiten los problemas sociales, económicos, o incluso políticos? ¿A qué se lo adjudicas?
JM: Yo se lo adjudico a un sistema político y dirigencial, porque me parece que la “culpa” de todo no la tiene solamente la política, sino la dirigencia en su conjunto, que está agotado. Porque si cada determinada cantidad de tiempo hay una crisis socio-económica y se piensa prácticamente en las mismas recetas o respuestas y supuestas soluciones, me parece que es porque en principio, creo que no se aprendió mucho de las sucesivas crisis. Y lo más importante, me parece que nunca existió la verdadera voluntad política de llegar a consensos y acuerdos básicos sobre efectivamente cómo resolvemos este problema estructural en Argentina. No puede ser que no nos pongamos de acuerdo. Si uno incluso va a lo discursivo, parece que todos tenemos acuerdos básicos sobre determinados temas: sobre la importancia del acceso a la educación, el acceso a la salud, la necesidad de ir achicando las brechas y desigualdades que existen y que se profundizan a lo largo de nuestro país. Sobre la necesidad de resolver los problemas de inseguridad, problemas que muchas veces tienen que ver con el acceso a derechos y servicios básicos, que hoy siguen persistiendo y de repente, después de haber vivido una crisis como la del 2001, hoy estamos en el2020 con casi la mitad de la población en la pobreza, con un índice de desempleo altísimo. Sin embargo, hoy prendes la tele, lees los diarios, te informas y lo único que ves es. Por lo menos en este caso yo no lo quiero culpar porque me parece una estupidez culpar
solamente al gobierno de turno, me parece que son años y toda una historia de malas decisiones y falta de voluntad para crear los consensos básicos. Pero sí en este momento me parece que la mayor responsabilidad la tiene el que tiene la mayoría, y que gobierna, de convocar a esos sectores y llegar a esos consensos básicos. Sin embargo lo que vemos es una profundización de la grieta. Yo la verdad que lo escuchaba al presidente hablando en el “coloquio idea” y lo único que escuché fue “grieta”. No escucho un presidente que realmente tome la posta, y realmente podría hacer historia si quiere. Y con esto cierro la idea, yo el otro día respondía a una pregunta similar y decía que a mi me parece que si la Argentina perdió un momento histórico, porque cuando fue el comienzo de la pandemia, que todo el arco político acompañó la decisión del presidente, y fueron uno o dos meses de diálogo político, de consensos, de conversaciones. Ese me parece que era el momento para seguir en ese camino y tratar de llegar a esos consensos básicos también para pensar cómo salimos de esta crisis, sin embargo no pasó.

DC: Josefina, ¿por qué sos radical?

JM: Bueno, porque mi militancia, que empezó en la facultad, fue en la Franja Morada, que es el brazo estudiantil del radicalismo. Yo sentía que la Franja era lo que me representaba, por lo que planteaba, por sus ideas, por su historia que obviamente empecé a conocer cuando empecé a militar. También pudo haber influido un poco que vengo de una familia, que si bien había peronismo y radicalismo, a mí me influyó más la parte del radicalismo. Y porque creo que es un partido que ha hecho mucho por el fortalecimiento de la democracia en nuestro país, en defensa de los derechos humanos, entendiendo la importancia del acceso a, por ejemplo, la educación pública, y son temas que están constantemente en agenda. Y ha sido un partido que muchas veces ha estado a la vanguardia en la historia de la Argentina. Es un poco todo eso lo que hace que hoy siga militando y sea parte del radicalismo.

DC: Alguna vez Alfonsín le pidió a la UCR que no se vuelva de derecha o "conservadora" ¿con la alianza con el pro no terminó pasando eso?

JM: No. A ver, yo creo que en el radicalismo, como en prácticamente la historia de los partidos políticos en Argentina, por no decir el peronismo y radicalismo como los dos grandes partidos de la historia de nuestro país, siempre ambos tuvieron un ala más conservadora y un ala más progresista. Y creo que nos pasa a todos los partidos. Yo tengo un montón de compañeros y compañeras en el Congreso, de Interbloque, con los que comparto muchas cosas, y otros con los que no comparto tantas cosas. Una discusión, por ejemplo, como la interrupción voluntaria del embarazo, o la legalización o despenalización del aborto vino un poco a mostrar eso. Ningún bloque votó en unanimidad, excepto la izquierda, yo eso me parece que muestra que uno no puede hoy decir, excepto partidos puntuales, ni si quiera se me ocurre ahora. Pero me parece que ningún partido grande o frente electoral competitivo, si queremos hablar del oficialismo y la oposición, hoy lo podes catalogar como partido conservador. 

DC: ¿Cómo te llevás con el kirchnerismo?

JM: Bueno, yo empecé a militar en el 2010, asique era como pleno kirchnerismo, y estaban como en su mejor momento. Pero la verdad que mis experiencias con el kirchnerismo, donde por su puesto tengo gente a la que respeto muchísimo, y conocidos y demás, la verdad que incluso en la facultad y después a medida que fui metiéndome cada vez más en la política, siempre lo que me alejó mucho del kirchnerismo esa lógica, para decirlo en términos más concretos, de “amigo-enemigo”. Como “si vos no pensas así de este tema, sos el enemigo, el anti pueblo”, cuando en realidad me parece que son un montón de cuestiones podemos hasta ponernos de acuerdo. Un confrontación permanente. 

DC: ¿Y de Cristina Fernández de Kirchner que opinás?

JM: Yo creo que ella es la cara de esta forma de hacer y entender a la política. Me parece una persona, por supuesto, muy inteligente, una dirigente. Y sobre todo desde el lado de mujer, porque muchas veces se cuestiona a las mujeres. Yo siempre digo, cuando uno dice la palabra "dirigente” lo primero que se te viene a la cabeza es un hombre, y difícilmente se te venga a la cabeza una mujer. Que me parece que es uno de los grandes desafíos que tenemos en esta época las mujeres. Sobre todo después de haber conquistado tantos derechos, con lo cual a i me parece que eso es súper importante para la historia política contemporánea, el rol que ella ha ocupado como líder de su movimiento y demás. Ahora yo creo que por sus lógicas y sus formas de entender la política, me parece que atrasa. Me parece que incluso habiendo sido la primer mujer electa democráticamente para ser presidenta de la nación, tampoco creo que haya ejercido su liderazgo de manera tal o ejemplificadora para que las mujeres accedamos a más espacios.

DC: ¿En cuestiones de géneros decís, por ejemplo?

JM: Claro. No sé, el kirchenerismo gobernó doce años, y cuando Cristina era senadora de la oposición, de repente estaba a favor de la despenalización del aborto. Cosas que a mí me parecen… Uno puede cambiar de opinión, está perfecto, pero fue como apropiarse de determinadas banderas de repente. Cuando toda una historia política te muestra otra cosa. Repito, podés cambiar de opinión. En este caso yo estoy a favor de la despenalización y legalización del aborto, suma un montón, no voy a cuestionar eso. Pero me parece que haya veces cierto grado de hipocresía e la forma de ejercer y entender la política.