El sistema de salud jujeño está atravesando una situación límite. En algunos distritos, como el Departamento Ledesma, los cementerios ya no dan abasto y existen contagios masivos entre el personal que trabaja en la trinchera.

Data Clave accedió a un formulario que evidencia la crítica realidad que atraviesa la provincia y la lamentable respuesta de las autoridades. Los profesionales denuncian que no están dadas las garantías de seguridad e higiene para trabajar. Trabajadores del sistema hospitalario relataron a este medio que a algunos médicos se les debe entre tres y cuatro meses de sueldo. Se autoaíslan para preservarse y preservar a los suyos y, en consecuencia, la capacidad de respuesta disminuye y se develan las falencias en la atención.

En este contexto, el gobierno jujeño tomó la decisión de contratar profesionales para el sector público. Antes de efectivizarlos, los obligan a llenar un formulario.  El documento, distribuido entre médicos y enfermeros, es una declaración jurada que exime al estado provincial de toda responsabilidad. La firma del médico o enfermero avala que los daños y perjucios que puedan producirse mientras se presta servicio recaen exclusivamente sobre el trabajador de la salud.

Jujuy: el polémico formulario que atribuye al personal de salud la responsabilidad por los contagios que puedan sufrir

La provincia se encuentra en un índice alto de contagios y de muertes. De hecho, en el último reporte, Jujuy tuvo más muertes que la Ciudad de Buenos Aires. El avance de los casos parece estar fuera de control y las unidades de terapia intensiva están al límite.

En tanto, según el Memorándum 25 dirigido a toda la comunidad sanitaria y firmado por el ministro de Salud de la provincia, se crearon guardias de salud a domicilio y a través de un director de salud local se elaboran los informes epidemiológicos. Los traslados pueden realizarse en “vehículos tipo remises adaptados” A través del documento se establece que toda persona con síntomas tiene coronavirus, quienes conviven también y se aísla a la persona y a sus contactos estrechos por catorce días, lo que evidencia una capacidad de testeo cuya velocidad dista del avance de la pandemia.