“Alberto Fernández es un mentiroso, un pelotudo y un hijo de puta”. Las palabras retumbaron en los oídos de los periodistas de la revista uruguaya Sabado Show que entrevistaban a Viviana Canosa, uno de los principales emblemas del "periodismo de guerra" que tiene como principal enemigo al gobierno del Frente de Todos.

Pero a los televidentes de su programa nocturno en la señal A24, el improperio contra la investidura presidencial no los sorprendió. Cada noche, Canosa destroza con elevados niveles de agresividad a Fernández, su gabinete, sus políticas, y todo lo que tenga olor a la gestión iniciada en diciembre de 2019. La beligerancia le rinde. "Arranca Viviana y el rating sube automáticamente y cuanto más indignada se muestra, más crece la audiencia", le contó a Data Clave un productor que se desempeña en el canal de la calle Fitz Roy.

En ocasiones, hay una suerte de competencia entre personajes que pescan en la misma pecera por demostrar quién es más "anti", desde los medios diseñados para transformarse en plataformas de lanzamiento de misiles anti gubernamentales. Este jueves, mientras compartían el pase entre sus respectivos programas de Radio Rivadavia, Baby Etchecopar y Cristina Pérez se cruzaron fuerte.

La también conductora del noticiero central de Telefe se sintió afectada por el modo de expresión "anti género" empleado por el vocinglero conductor y le paró el carro cuando daba a entender, de modo irrespetuoso, que "a Luana Volnovich o Mayra Mendoza no se las toca porque son de Máximo (Kirchner)". A Etchecopar no le gustó que lo contradijeran y automáticamente comenzó a agredir a su compañera de emisora quien, sin inmutarse, respondió respetuosamente cada golpe, hasta que Baby se enojó y abandonó el estudio.

Los ejemplos se repiten y los personajes se multiplican. La estrategia parece estar clara: multiplicar el descontento y maximizar la reprobación de un gobierno que transita la segunda mitad de su mandato y empieza a vislumbrar la salida del laberinto en el que está metido por imperio de circunstancias difíciles de prever. La manipulación mediática juega su rol en esta recreación de clima adverso, potenciando los elementos que componen un contexto desfavorable que, paulatinamente, da señales de mejoría.

Bronca, del cine de hollywood al teatro porteño

"Cínico, hipócrita, mequetrefe, badulaque, pelele, antropopiteco, bebe-sin-sed, canalla, calabacín diplomado, bachi-bouzuc… no me alcanzan todos los insultos del Coronel Cañones y el Capitán Haddock para describir a este sujeto que nos desgobierna", rezan los 140 caracteres de un twitt escrito y dirigido por el prestigioso cineasta Juan José Campanella. Con el mismo tono que Canosa y la misma irreverancia de Etchecopar, el multipremiado y reconocido director de cine apuntó sus cañones contra Fernández, sin reparar ni por un instante en el respeto por la investidura presidencial.

Justamente Campanella fue el responsable de adaptar el guión de lo que promete ser uno de los sucesos teatrales de la temporada 2022. Se trata de "Network", la versión teatral de la película homónima, estrenada en 1976, -a la que nos referimos en el Picado Fino del pasado domingo- que verá la luz en Buenos Aires el próximo 14 de julio. 

La obra muestra a Howard Beale -que en esta oportunidad interpreta Coco Sily- un presentador de noticias de televisión, que tras 25 años va a ser despedido. En su desesperación hace un anuncio que sube la audiencia del canal y logra que los ejecutivos le den otra oportunidad con un nuevo programa. Sin embargo, Beale aprovecha este espacio para criticar incluso a su propio multimedio, valiéndose de un discurso agresivo, despotricando sobre lo espantosa que es la vida y lo podrido que está todo alrededor, utiizando un lenguaje soez y violento.

Su frase de cabecera -"estoy más que harto y no quiero seguir soportándolo"-, le sirve para enardecer a su público, cada vez más numeroso, al que convoca a gritar desde las ventanas de sus casas. La sátira pinta muy atinadamente el efecto hipnótico que generan los discursos violentos para canalizar el descontento social, retroalimentando las estrategias de quienes apuntan a captar audiencias a partir de incentivar la agresividad mediática, valiéndose de una interpretación antojadiza del verdadero sentido de la libertad de expresión, que no debiera contraponerse a otros derechos.

"Network es un gran texto y aparte es un enorme show con un valor tecnológico increíble", describió la directora de la puesta teatral porteña, Corina Fiorillo durante la conferencia que convocó a varios medios. "Es una obra muy costosa", dijo y señaló que habla de "la manipulación de los medios". Para la protagonista femenina, Florencia Peña, "la obra es muy actual, pone en tela de juicio a los medios". Según la actriz, la vigencia está en el planteo acerca de "saber si lo que nos cuentan es verdad o es mentira, quién lo cuenta, cómo lo cuenta y si tenemos que creer o no lo que nos dicen que es y cuál es la realidad".

El lanzamiento de la obra teatral en Buenos Aires está antecedido por una profusa campaña publicitaria en vía pública, con carteles que inundan las calles de la ciudad, en los que se puede leer en letras catástrofe blancas, sobre fondo negro "ESTOY FURIOSO LA PUTA MADRE NO VOY A AGUANTAR MÁS". Cualquier similitud con el discurso político esgrimido desde ciertos sectores de la oposición y medios de comunicación, es pura coincidencia.

La campaña llegó a las barriadas más humildes

Un dato que el gobierno no debe soslayar es que la comunicación que ha sabido construir, no logra alterar los efectos de una campaña que hace mella en la opinión publica, ya no solo de los sectores medios y medios altos de la sociedad, sino también entre aquellos para quienes el rol del Estado es fundamental a la hora de garantizar los derechos ciudadanos mínimos.

"Falta una estrategia para comunicar lo mucho que este gobierno está haciendo por los más desprotegidos", le dijo a Data Clave un analista de opinión pública que la Rosada consulta con frecuencia. El consultor brinda un ejemplo que pone en evidencia esta carencia: "se lanzaron obras de urbanización en barrios populares y el programa Mi Pieza que benefició a 255 mil familias en todo el país y significaron una inversión de más de 100 mil millones de pesos, financiado con fondos provenientes del Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas y del impuesto PAIS. ¿Vos te enteraste?".

Un sondeo realizado entre 555 encuestados, mayores de 16 años, provenientes de sectores bajos o medio bajos que viven en AMBA e Interior, arrojó resultados que el gobierno deberia considerar. Por lo pronto, la mitad de los encuestados afirma que no llega a fin de mes. Existe un fuerte pesimismo social.

Tres de cada cuatro dicen que la situación económica del país está peor en comparación al año pasado y dos de cada tres creen que la situación económica el próximo año estará aún peor. Según este relevamiento realizado en conjunto por las consultoras D´Alessio IROL y Berensztein, la desesperanza trasciende las generaciones, ya que la mitad de los encuestados cree que sus hijos estarán en una peor situación económica y apenas el 20% piensa que estarán mejor.

A pesar de que el 39% de los encuestados tiene un trabajo registrado, solo el 11% dijo que llega a fin de mes y puede ahorrar, lo cual pone de manifiesto el bajo poder adquisitivo de los salarios. El dato confirma lo que vienen mostrando otros estudios: ser asalariado ya no implica un mínimo de bienestar, mucho menos pertenecer a la clase media.

De la mano del discurso Network, se incrementan notoriamente los sentimientos negativos (soledad, angustia y frustración) en el sector bajo. Siempre según el estudio de opinión pública, a la hora de identificar a los responsables de la malaria, a los que también se los coloca en el lugar de "obstáculos para el bienestar social", el sondeo apunta claramente a un podio previsible para el discurso de la derecha: los sindicalistas, los líderes piqueteros y los políticos del Frente de Todos.

Otros puntos que se destacan del resumen ejecutivo del trabajo, también van en el sentido planteado de expresar el enojo que provoca esa "realidad aumentada" por el accionar de ciertas usinas propaladoras de bronca.

- Existe un rechazo a los planes sociales tal como existen hoy. La mayoría considera que hay que eliminarlos o reducirlos.

- El 32% estaría de acuerdo con un plan de convertibilidad o dolarización.

- Ser de derecha, cumplir con el FMI o proponer bajar el gasto público no aparecen como impedimentos para ser votado. 

Las elecciones son claves para dirimir el rumbo del país en una compulsa que tiene a las urnas como protagonistas. Pero hay una batalla que sobrevuela ese terreno maravilloso que ocupan las jornadas democráticas, que es la cultural. Los procesos políticos que se consolidan a lo largo de un período imprescindible para efectuar transformaciones, pueden lograrlo solamente si ganan esa batalla.

Caso contrario, podrán generar hitos importantes para la historia de un país, pero no dejarán huellas imborrables para las generaciones venideras. Los medios de comunicación son, indudablemente, una de las arenas donde esta confrontación se está librando. Y, por ahora, el gobierno del Frente de Todos, viene perdiendo por puntos.