Fantaseó con la idea de ser precandidato a presidente de la Nación. Incluso, también, pensó en la posibilidad de ser una opción en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, tras la agresión sufrida en abril pasado luego del asesinato del chofer de la línea de colectivo 620, todo cambió. Y el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, debió rever sus expectativas.

Fue tras este episodio que el funcionario provincial modificó sus expectativas electorales y se contentó con llevar adelante una jugada que le permita tener su propia batalla territorial. Como parte de un acuerdo macro, Berni tomó la decisión de solo dar su batalla seccional y de provocar la apertura en la compulsa en un distrito clave para sus raíces. 

Bajo este marco, el funcionario provincial tomó la decisión de dar la batalla en Zárate a través de su esposa, la diputada nacional, Agustina Propato. Y para coronarla, optó por ponerse al frente de una candidatura que, habrá que ver, si no se trata de solo un escenario testimonial.

Sucede que Berni se presentó como primer candidato a senador bonaerense de la segunda sección electoral y los resultados, como era de esperar, no lo favorecieron. El Ministro alcanzó un 32 por ciento de los votos. Cerca de 7 puntos por debajo de la lista de Juntos. Un porcentaje que, en caso de repetirse los números, le aseguraría un ingreso a la Cámara alta de la Legislatura bonaerense. Algo que habrá que ver si realmente es lo que le interesa.

La respuesta, claro está, tiene que ver directamente con lo que pasa en las elecciones de octubre. Con los resultados concretos que arrojen la compulsa. Cabe recordar que Propato consiguió una victoria en la interna local que le permitió despachar al actual intendente de Zárate en las PASO y posicionarse como la futura reemplazante rumbo al cotejo de octubre.

Lo cierto es que Berni reconfiguró el esquema electoral y hoy apela a la idea de construir una fuerza seccional que le permita, más adelante, contar con un engranaje sólido para contar con el apoyo territorial. No será fácil. La segunda sección electoral es complejo y nadie de la juega par consolidar un apoyo que permita limitar las opciones

Lo que está por delante es ver si la diputada nacional tendrá el temple necesario para dar la pelea contra la oposición para revalidar el torneo. Para es, todavía falta mucho más que la cuenta.