Lejos de ser una solución, el anuncio de un principio de acuerdo con el FMI abrió un nuevo frente de conflicto en el seno del gobierno nacional. En este caso, la discordia se generó puertas adentro, con la renuncia del presidente del bloque del Frente de Todos en Diputados, Máximo Kirchner, con una fuerte carta pública. El gesto, al estilo de su madre, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, contrasta con el silencio que adoptó esta última.

La postura de CFK alimenta las especulaciones sobre una crisis de gobierno, que se ve reflejada también en la demora del inicio del debate del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el Congreso. Sucede que el ruido no es solo en Diputados, donde podrían abstenerse una treintena de legisladores, sino que en el Senado tampoco hay gran predisposición en las filas del oficialismo.

Por estas horas, el Presidente Alberto Fernández trabaja a contrarreloj junto con su equipo para definir la estrategia en el Congreso para lograr que la Ley de Fortalecimiento de la Sostenibilidad de la Deuda Pública salga con el mayor apoyo posible de las fuerzas políticas. En la Rosada estiman que se anunciará la elevación al Congreso del entendimiento con el Fondo, en la Asamblea Legislativa del 1° de marzo. Todavía resta definir si la iniciativa ingresa por Diputados o por el Senado.

En los últimos días, el jefe de Estado mantuvo reuniones con los principales alfiles de la negociación con el organismo multilateral de crédito y en la relación con Estados Unidos -Martín Guzmán, Sergio Massa, Jorge Argüello y Gustavo Béliz- para agilizar el acuerdo.

El rol del presidente de la Cámara de Diputados será central para sostener la unidad del FdT. Y en eso está el exintendente de Tigre. Desde hace semanas Massa mantiene su agenda de reuniones para acercar posiciones y asegurarse los votos necesarios para que salga la ley. Incluso tiende puentes con los presidentes del PRO y la UCR, Cristian Ritondo y Mario Negri. 

En la misma sintonía, Germán Martínez, el reemplazante de Máximo Kirchner en la presidencia del bloque, apuntó a Radio 10:Yo voy a trabajar para que ese acuerdo se apruebe, para que tenga el mayor poder de adhesión de la Cámara de Diputados, para que en el interior de mi bloque podamos tener la posición más convergente posible, porque creo que ese acuerdo nos permite la ventana de tiempo para consolidar el proceso de recuperación económica”.


Dudas también en el Senado


Distintas fuentes de la Cámara Alta señalaron que el jefe del bloque de senadores del Frente de Todos, José Mayans, solicitó que el Gobierno inicie por la Cámara de Diputados el trámite legislativo para ratificar el acuerdo con el Fondo. En reunión con el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, el formoseño transmitió las dudas y cuestionamientos que escuchó entre sus compañeros sobre las negociaciones con el organismo multilateral de crédito.

El argumento del malestar es uno de los que achaca la oposición, que tiene que ver con la falta de detalles sobre la letra chica del acuerdo. Además, los senadores más k quieren desconocer la deuda porque fue tomada por Mauricio Macri para “fugar los dólares” al exterior.

No es menor el dato de que la presidenta del Senado es ni más ni menos que Cristina Fernández de Kirchner, quien se mantiene en estricto silencio desde que se anunció el entendimiento con el organismo. Y no es casual: con su ascendencia, nadie en el bloque se animará a adelantar un voto favorable ni un rechazo contundente, al menos no de manera pública. No todos tienen la espalda de Máximo. Sin embargo, el poroteo inicial no sería favorable, en especial entre los propios.

De esta manera, en ambas cámaras podría darse la situación de que se apruebe la iniciativa con más apoyo de Juntos por el Cambio que desde el oficialismo. Sería todo un indicador de cara al futuro del Ejecutivo, por eso habrá intensas negociaciones para que el FdT logre la mayor cantidad de votos posibles favorables.