Antes de abrir la 63ª edición de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercado Común del Sur (Mercosur), realizada el jueves pasado en Río de Janeiro, Luiz Inácio Lula da Silva recibió a su par argentino saliente Alberto Fernández. La escena fue retratada por los celulares y las cámaras oficiales que registraron esa afectuosa recepción y recorrió las redes sociales y los portales.

En los breves instantes en los que estuvieron frente a frente, fundidos en un abrazo y muy sonrientes, el mandatario brasilero le hizo una pregunta que sorprendió a Fernández: “¿Qué carajos hizo el hijo de puta de Scioli?”, le dijo refiriéndose al embajador argentino. Fernández le respondió con un gesto de preocupación y una breve frase: “Él pidió quedarse”

Según una fuente directa que presenció la escena, el enojo de Lula fue muy evidente. “No es para menos, las nuevas autoridades invitaron a (Jair) Bolsonaro, que es un gran enemigo de nuestro gobierno a la asunción de (Javier) Milei y claramente estamos en la vereda opuesta de su forma de hacer política”, explicó a Data Clave.

X de Jair M. Bolsonaro

Jair Bolsonaro participó de la asunción presidencial de este domingo, pero llegó a Buenos Aires el pasado jueves por la noche y el viernes visitó junto a su comitiva al presidente electo en su residencia temporaria del hotel Libertador, con la presencia de la flamante ministra de Seguridad Patricia Bullrich, entre otros dirigentes y funcionarios.

Para ser confirmado como embajador, Daniel Scioli debe sortear dos requisitos: pasar el acuerdo del Senado argentino y aguardar el plácet de la cancillería brasileña. Un dirigente muy cercano al presidente saliente, le dijo a Data Clave que “Alberto quedó muy enojado por toda esta situación y tratará de incidir para que la cámara Alta no convalide el pliego” del exmotonauta.

Lula, Alberto y un interrogante: ¿peligra la continuidad de Scioli como embajador en Brasil?

El panorama descripto y los dichos de funcionarios y colaboradores del gobierno petista también le plantean a Scioli inconvenientes para obtener el apoyo del ministerio de relaciones exteriores brasileño.

Según una fuente del palacio Itamaraty, antes de venir a la Argentina para negociar su permanencia en la sede diplomática, Scioli le pidió al vocero de Lula, Paulo Pimienta, coordinar una foto conjunta con el presidente, a lo que el funcionario respondió con una rotunda negativa. “Le va a costar mucho volver a reunirse con el presidente, porque está muy enojado por la decisión de continuar como embajador de un gobierno que abraza al golpista de Bolsonaro”, completó el informante.