Un jurado popular consideró culpables a dos de los policías por el homicidio de cuatro jóvenes en la denominada "Masacre de Monte", ocurrida en mayo del 2019 en San Miguel del Monte, mientras que a otros dos efectivos se los consideró culpables pero por la tentativa de homicidio de los mismos jóvenes. 

Tras una deliberación de más de ocho horas, el jurado popular leyó su veredicto pasadas las 21.45 y consideró por unanimidad culpables a Rubén García y a Leonardo Ecilapé del delito de "homicidio agravado por el abuso de la función o cargo policial, y por ser cometido mediante arma de fuego", mientras que los efectivos Manuel Monreal y Mariano Ibáñez fueron considerados culpables por mayoría del delito de "tentativa de homicidio agravado por el abuso de la función o cargo policial, y por ser cometido mediante arma de fuego". 

Durante el tiempo que duró el juicio se los acusó por el delito de "homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público" de Danilo Sansone (13), Camila López (13), Gonzalo Domínguez (14) y Aníbal Suárez (22), y la tentativa de Rocío Quagliariello (17), en ese entonces de 13 años. 

El martes tuvieron lugar los alegatos de clausura de las partes, en los cuales el fiscal del juicio Mariano Sibuet pidió al jurado popular que considere "culpables" a Ecilapé, Monreal, Ibañez y García, al señalar que “mostraron desprecio a las vidas de las víctimas” y que “cada uno de ellos hizo un aporte esencial” para provocar el desenlace fatal. 

En la misma línea, los abogados querellantes que representan a las familias de las víctimas coincidieron en que lo sucedido la noche del 20 mayo del 2019 fue un “homicidio brutal” y una "matanza injustificada". 

En sentido contrario, los letrados patrocinantes de los uniformados sostuvieron la inocencia de sus defendidos ya que endilgaron la responsabilidad de los hechos a Aníbal, conductor del vehículo en el que viajaban las víctimas, a la vez que consideraron que los agentes actuaron “en cumplimiento de su deber” al intentar identificar a los fallecidos antes de la persecución. 

Tras los alegatos, los policías tuvieron la oportunidad de decir sus palabras finales, en las que se disculparon con los familiares de Danilo, Camila, Aníbal y Gonzalo, les dieron su "más sentido pésame", aunque sostuvieron que no son asesinos.