Mayra Arena se convirtió en una referencia para la dirigencia política a la hora de hablar de pobreza estructural. Cuando da charlas suele tener sentados en primera fila a dirigentes e incluso, muchas veces, comparte panel con funcionarios que tienen responsabilidad de gestión.

Mayra, quien se considera una dirigente política de base y que hoy milita para el Frente de Todos en el Fuerte Apache -uno de los barrios más carenciados del partido de Tres de Febrero-, tiene 30 años y se recibió como politóloga. Actualmente se encuentra estudiando Economía y trabaja para una consultora en el área de consumo masivo, donde analiza en qué gastan sus ingresos los sectores medios y bajos.

Pero antes de todo esto hubo una historia. Vivió en uno de los barrios más carenciados de Bahía Blanca. Conoció el bidet en la casa de una amiga, ya que en su casa no tenía y lo más atinado era hacer sus necesidades en los baños públicos. Aún así, asegura que desde los 7 años se fascinó con la política y, en especial, con el peronismo.

En una entrevista con Data Clave, da su punto de vista sobre cómo está el Frente de Todos, cuáles son sus puntos débiles y cuál es la relación de La Cámpora en el espacio. Cuestiona a Máximo Kirchner por su forma de conducir y también pide la necesidad de un peronismo que se despegue de la mirada estatista. "Quiero dirigentes peronistas enamorados de la patria, no del Estado", manifestó.

Del Instagram de mayraarenaok

Data Clave: ¿Más allá de tu historia de vida, qué fue lo que te llevó a tener un acercamiento claro con la política?

Mayra Arena: Desde muy chica me interesó la política. Cuando tenía 7 años, en el 99, fue cuando empezamos a pasar hambre hasta el 2002-2003. En el 99 estaba (Fernando) De la Rúa en campaña y me enamoró el discurso de alguien tan grande, porque era un viejito diciendo “dicen que soy aburrido, será que no ando en ferraris”. Claro, él no tenía toda esa frivolidad de (Carlos Saúl) Menem y esa idea de estar con los más vulnerables. Yo tenía a mis bisabuelos muy viejitos y en la miseria, con una silla de ruedas casera, imaginate. Me enamoraba eso, un presidente al que si le importaran los problemas comunes. Desde ahí me interesó la política. Como no tenía cable, yo miraba mucho los noticieros por la tele y los programas de política de mi localidad. Me apasionaba como actividad, me parece un sueño hecho realidad el hecho de que te paguen por solucionarle los problemas a la gente.

DC: ¿Cómo fue confiar en la política desde una situación clara de vulnerabilidad? ¿Era la única esperanza?

MA: Tenía una expectativa total por la política. Pero también hay que decir que el grado de emoción iba cambiando de acuerdo a las etapas. En esa crisis de 2001, por ejemplo, mi bisabuela tenía las fichas puestas en Adolfo Rodríguez Saá -fue uno de los cinco presidentes que Argentina llegó a tener en una semana por la crisis política-. Cuando renunció, para nosotros fue devastador, porque era como un santo al que le prendíamos una vela. Después con Néstor Kirchner me pasó lo contrario, yo no daba dos mangos y se terminó dando una recuperación económica bastante importante. No fui quizás la más privilegiada, porque nosotros vivíamos en una situación de marginalidad extrema y huíamos del Estado, porque yo había tenido mi hijo siendo menor y el papá mayor. Obviamente que la idea de creer en política no es lineal, hay momentos de mayor y menor expectativa.

DC: ¿Cuándo te hiciste peronista?

MA: Tardé muy poquito en hacerme peronista. No solamente por el hambre que pasábamos en esos años, sino por una cuestión de que no existía otra identidad. La gente peronista era parecida a nosotras y pululaba por el barrio. La gente radical era como de otro planeta. Si naces en un barrio pobre, medio que sos peronista porque no existe otra cosa.

DC: ¿Cómo ves hoy la articulación del Frente de Todos? ¿Estamos viendo un gobierno peronista? 

MA: El peronómetro no es un buen consejero. Hay peronismos que se adaptan a la época y también tenemos peronismos que son tanto de alta como de baja intensidad. Hay peronismos cercanos al liberalismo y otros que tienen como referencia el socialismo. Alberto Fernández es un político que ha tenido carencias, no sé si en ser peronista, creería que sí. Pero en lo que más falló y que le condena la sociedad es el vacío de poder. Se mostró que no tuvo la decisión de avanzar hacia un lugar, y eso no se perdona, porque estamos en un país presidencialista. Así y todo, te digo que el Frente de Todos es la opción más peronista. Y te digo, desde mi óptica, hasta la peor opción peronista es mejor que un gobierno gorila.

Mayra Arena, exponiendo sobre pobreza
Mayra Arena, exponiendo sobre pobreza

DC: ¿Cómo ves el rol de los movimientos sociales dentro del Gobierno? ¿Qué te genera que dirigentes sociales, los que en algún momento planteaban romper con el Estado y lo veían como enemigo, hoy forman parte de la estructura y hasta administran ministerios?

MA: Esto último es genial. Yo no comparto que los movimientos sociales estén dentro del Gobierno. Lo que yo creo que debe hacer una política social enfocada en la pobreza o en cualquier otra es buscar la reducción del ritmo. El objetivo de alguien que protege a una población determinada en situación vulnerable debe ser que esas personas egresen de ahí. No creo que ese sea el objetivo de los movimientos sociales y por eso no me gusta que formen parte de la política nacional.

DC: ¿Y Cristina Fernández de Kirchner? ¿Hay peronismo sin su figura?

MA: Si, por supuesto. El peronismo es anterior a ella y por ende es más grande que ella. Yo no creo tener una opinión negativa sobre el kirchnerismo, mi crítica no es sobre ese sector sino sobre el camporismo, porque considero que reducen el movimiento peronista. Máximo Kirchner conduce de una manera que prioriza la organicidad pero que reduce el movimiento. Esto está a la vista. El dedo de Máximo elige en las listas y, debo decir, es un dedo que se equivoca fatalmente.

DC: ¿Qué es Sergio Massa para el Frente de Todos? Algunos sectores cuestionaban duramente a Martín Guzmán y hoy se los ve aplaudiendo un ajuste que es incluso más fuerte... 

MA: Son los misterios de la política. Yo creo que hubo un empecinamiento con Guzmán injusto, y lo digo sin conocerlo. Me parece que cuestionaba cuestiones racionales y quizás cosas que no nos gustaban, como el tener que pagar una deuda que nos encajaron y que no elegimos. La política tiene que solucionar los problemas que hereda, quejarse de las carencias no es nada elegante. Si te presentaste para ganar, agarrá lo que hay y goberná. Lamento muchísimo que durante casi dos años se haya dañado tanto al peronismo desde el peronismo. Siempre se puede y se debe ser crítico, pero lo que hubo fue un ensañamiento bastante caprichoso. Hoy la última bala que queda es que Massa haga lo que Guzmán tenía pensado hacer. Lo que sí podemos decir es que tanto las figuras de Massa como de Guzmán generan una sensación de insensibilidad social. Faltaría entonces que en Desarrollo Social o en Economía haya alguna figura con esa perspectiva y con capacidad de gestión demostrada, es decir con experiencia.

DC: ¿Tiene chances el Frente de Todos para 2023? 

MA: Si me preguntabas hace un año y medio yo te decía que en 2023 perdíamos y que incluso bajábamos el piso histórico de votantes del peronismo. Hoy no te puedo garantizar eso y tampoco lo pienso, porque creo que no está nada dicho. Lo que más me gustaría a mí es que para que el peronismo sea competitivo tenga una PASO real, no una PASO dibujada donde todas las listas están puestas a dedo. Que se armen fórmulas y que el pueblo elija las mejores alternativas.

DC: Y la última, ¿rescatas a algún dirigente de Juntos por el Cambio? ¿Con qué dirigente opositor te sentarías a tomar un café?

MA: Yo tomo un café con cualquier persona del mundo, no me creo nadie como para negarle el café a alguien, salvo que estemos hablando de personas que hayan cometido delitos de lesa humanidad. Hay un par de tipos en Cambiemos que uno los ve y dice… ¡qué pinta de macanudo! Ahora bien, no dejan de ser ingenieros del partido político que yo no quiero y que considero el más regresivo para la Nación. Uno que tiene esta descripción de tipo piola es (Emilio) Monzó, por ejemplo. Capaz que es buen tipo, pero no deja de trabajar para Cambiemos, entonces me genera esa contradicción. Otro que me agrada, y este te va a llamar la atención, es Martín Tetaz. Cuando elige no ser bizarro, es muy interesante. Y como encadena el pensamiento, aunque yo no piense lo mismo, es muy claro. Pero más allá de eso, no me identifico con Cambiemos, me gustaría que empezaran a surgir nuevos liderazgos en el peronismo, que sean interesantes y que tengan un modelo de desarrollo de país claro. Quiero dirigentes peronistas enamorados de la Patria, no del Estado.