Los abogados de Cristina Fernández de Kirchner se detuvieron en las relaciones que la jueza María Eugenia Capuchetti mantuvo con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri, en el escrito en el que la recusaron para pedirle que se aparte de la investigación del atentado contra la vicepresidenta.

En las últimas horas, nos dimos de bruces con que la jueza visitaba regularmente la Agencia Federal de Inteligencia durante el gobierno de Mauricio Macri. Dicha agencia estaba dirigida por Gustavo Arribas y Silvina Majdalani, quienes tienen un procesamiento firme por espionaje ilegal al Instituto Patria”, plantearon los abogados.

Ambos fueron salvados de ser procesados en una maniobra muchísimo más compleja por el argumento del cuentapropismo, que ahora parece aplicarse para explicar lo hecho por Sabag, Uliarte, y Carrizo. Lo importante, de todos modos, es que Capuchetti visitaba una dependencia que no debía visitar y que, además, estaba comandada por personas que se dedicaban a delinquir contra nuestra poderdante, agregaron en el texto.

En línea con lo que plantean los letrados de CFK, el ministro de Justicia, Martín Soria, dijo el viernes último en un reportaje radial que "la jueza Capuchetti se la pasaba entrando a la AFI, tiene serios vínculos con (Gustavo) Arribas y (Silvia) Majdalani y otros dirigentes del PRO" y planteó que es "inaceptable el encubrimiento de Comodoro PRO al atentado a Cristina Kirchner".

"En una presentación ante el Consejo de la Magistratura, realizada en agosto del 2020, junto a varios legisladores, expusimos los vínculos de la jueza con Arribas y Majdalani, que se la pasaba entrando a la sede de la AFI. Eso quedó registrado y lo denunciamos", recordó el  titular de la cartera.

En el mismo razonamiento, Soria insistió en que "es evidente que hay vinculación entre esta jueza y los dirigentes del PRO que intenta encubrir el atentado a la Vicepresidenta" al referirse a la "inacción inaceptable" de la magistrada en la causa por el atentado contra CFK.

Los abogados de la vicepresidenta dijeron que “en la mesa de entrada de la AFI constan las entradas y salidas de la ahora jueza, que habría visitado el organismo en seis oportunidades. Cuando Capuchetti visitaba la AFI aun no era magistrada. Pero esto no hace sino agravar la situación. Es que está claro que no fue en una misión oficial. La causalidad parece ser visitar la AFI y luego ser nombrada jueza federal”.

Una nota publicada por Página 12, hace dos años, cuando se destapó el escándalo de la Mesa Judicial, recuerda que las seis visitas de Capuchetti a la AFI figuran en la mesa de entradas del organismo y ocurrieron entre el 19 de marzo de 2018 y el 3 de octubre de ese mismo año, anotadas en birome de su puño y letra.

“En los tiempos de su visita a la AFI, Capuchetti no era jueza todavía, pero sus incursiones en la central de espías vuelven a poner sobre el tapete la relación entre Comodoro Py y los servicios de inteligencia. Poco después de aquellas visitas, Macri mandó el pliego para su aprobación, pese a que no había tenido gran perfomance en el concurso y en función de que provenía de la justicia porteña, apadrinada por Angelici”, sostiene el diario.

Los abogados de CFK plantean en su escrito que "como si esto fuera poco, el trabajo de la Comisión Bicameral de Inteligencia mostró que la hermana de Capuchetti trabajó en escuchas en la dirección de Contrainteligencia durante el espionaje ilegal al kirchnerismo. Específicamente, se habría desempeñado en la Base Pilar, uno de los focos del llamado ‘Proyecto AMBA’”. 

Las bases que funcionaban en varios puntos de la provincia de Buenos Aires provocaron en su momento una dura pelea entre la entonces gobernadora María Eugenia Vidal y el presidente Mauricio Macri, aunque el vocero de ese enfrentamiento fue quien era ministro de Seguridad provincial, el actual diputado Cristian Ritondo.

La Base Pilar de la AFI tenía sus oficinas en el Hotel Sheraton de ese partido situado a la altura del kilómetro 49,5 de la Panamericana. El propietario del hotel sería el empresario Gustavo Cinosi, de fuertes vínculos con la embajada de los Estados Unidos en la Argentina.

“Tal vez, su hermana fuese una diligente empleada y no haya cometido delito alguno, pero, lo cierto, es que a esta parte ya no le queda de dónde agarrarse para confiar en la imparcialidad de la jueza”, plantean los abogados.

Los letrados dijeron también que la jueza Capuchetti recibió “consejos” respecto de cómo debía tratar mediáticamente el caso y las posibles líneas de investigación, luego de una reunión de colegas del fuero y camaristas. 

“Fruto de ello, le habría sido gestionada una reunión con el editor del diario Clarín Ricardo Roa a la cual la jueza concurrió acompañada. ¿Eran necesarias instrucciones, no fuera a ser que se molestara a quien no se debía molestar? ¿Alguien digita u opina por detrás de las autoridades judiciales el curso de la causa y su comunicación por demás extraña y fuera de lo normal? Esta querella insistirá en la averiguación de ese suceso, sus intenciones y consecuencias para esta investigación”, concluyen los abogados.