En junio pasado, la aeronave Boeing 747 300M, matrícula YV3531, perteneciente a la Compañía aérea Emtrasur, quedó envuelta en una polémica luego de ser retenida en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza e iniciarse una investigación contra sus tripulantes. 

El pasado 14 de octubre, el juez federal Federico Villena autorizó la salida de los últimos cinco tripulantes que seguían en el país. En tanto, la aeronave no fue liberada y desde el Gobierno venezolano consideran que más temprano que tarde van a tenerlo de vuelta".

Siete meses más tarde, el Embraer Lineage 1000, con matrícula YV3016, que pertenece a la aerolínea de bandera venezolana Conviasa, aterrizó en el mismo aeropuerto y volvió quedar en el centro de la escena. La aerolínea estatal fue sancionada en 2020 por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento de Tesoro de Estados Unidos.

Esta aeronave trasladaba muy pocos ocupantes: apenas llevaba a seis pasajeros, los cuales serían diplomáticos del régimen de Nicolás Maduro y estaría vinculada a la celebración de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), según informó La Nación.

La ruta de vuelo comenzó en el aeropuerto de Maiquetía en Venezuela, hizo escala en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y de allí partió hacia Buenos Aires. Tras dos horas partió nuevamente a Santa Cruz de la Sierra.